Ya casi en la recta final de nuestro viaje por Islandia, el noveno día nos tocaba abandonar la península Vatnsnes, en el norte de la isla, y recorrer la península Snaefellsnes, en el oeste. Esta península es muy importante porque inspiró a Julio Verne para escribir Viaje al centro de la Tierra, y no solo tiene el volcán que inspiró a Verne, tiene mucho más. Es por esto que hemos dividido el día nueve en dos partes, por todo lo que vimos en esta península.
La primera parada que hicimos al entrar a Snaefellsnes Berserkjahraun, un campo de lava inmenso que tiene como fondo pequeños volcanes. Aquí solo tomamos una foto desde el coche, porque como ya caminamos en los campos de lava de Eldhraun, decidimos seguir al siguiente punto.
Qué ver en la península Snaefellsnes
Seguimos hasta llegar al pueblo de Grundarfjörður. Antes de entrar, divisamos a lo lejos esta cascada de la foto; lo encantador del paisaje era ver en el fondo los picos nevados desde donde fluye el agua en la caída de la cascada.
Qué ver en la península Snaefellsnes
Seguimos hasta el final del pueblo para ver otras dos bellezas de la naturaleza. Primero la montaña Kirkjuffel, de origen volcánico y con apariencia de una aleta de tiburón.
Qué ver en la península Snaefellsnes
Y segundo, frente a Kirkjuffel encontramos otra cascada pero más pequeña, Kirkjufellsfoss. Esta también es muy visitada, sobre todo porque tiene un pequeño puente por el que se puede pasear y apreciar su caída.
cascadas de islandia
Seguimos el recorrido y a media hora nos encontramos con el pueblo pescador de Hellisandur,hicimos una parada en una gasolinera más que todos para comer algo, ya que no sabíamos si encontraríamos algo para comer más adelante.
Lo que nos llamó la atención de este pueblo es la cantidad de pájaros blancos con una mancha negra en la cabeza que se encontraban a un lado de la carretera en la salida del pueblo. Al parecer, anidan en la hierba, por lo que tuvimos que ir despacio porque cruzaban crías pequeñas de un lado al otro.
Solo a 10 min en coche de Hellisandur está con el cráter Saxhöll. Al encontrarse muy cerca de la carretera, es una parada que hay que hacer, pero lo de subir hasta la cima no los pensamos, ya que con 8 días de recorrido el cuerpo no estaba para dar mucho. Lo miramos desde su base, tomamos una foto y seguimos el camino.
Qué ver en la península Snaefellsnes
Desde el cráter se tarda unos 15 minutos hasta la playa de Djúpalónssandur por la carretera secundaria F572.Antes de llegar a la playa se va entre formaciones de lava que llegan hasta la playa. Al llegar, en el estacionamiento están señalizadas diferentes rutas que se pueden seguir y ademas advierten que se tenga cuidado con las mareas.
Pero como no teníamos mucho tiempo decidimos solo caminar hasta el alto de una colina para tomar unas fotos de las formaciones y la playa.
Qué ver en la península Snaefellsnes
Durante todo el recorrido de estos lugares, a un lado teníamos el volcán Snæfellsjökull, el que inspiró a Verne para su libro. Nosotros no lo hicimos, pero existen excursiones que llevan dentro del volcán, bajando con una especie de ascensor. De esta forma uno se puede hacer una idea  de cómo puede ser el centro de la tierra que describió Julio Verne.
Continuamos el recorrido por la península Snaefellsnes, ahora tocaba visitar otros puntos.  Desde Djúpalónssandur continuamos unos 15 minutos hasta llegar a Hellnar, un antiguo pueblo de pescadores que hoy en día atrae a muchos turistas para apreciar las formaciones rocosas que hay en su orilla.
Al llegar, nos encontramos con mucho viento en la costa y personas entrando a una cueva que se conoce como Tunneling, y que es famosa por cambios de colores en la iluminación por la luz natural que entra por diferentes grietas.
Qué ver en la península Snaefellsnes
Tras contemplar estas formaciones, retomamos el camino para llegar hasta Arnastapi. En coche desde Hellnar se llega en unos 6 minutos, está muy cerca uno de otro. De hecho, muchos turistas caminan por toda la costa para hacer este recorrido.
Continuamos el recorrido para encontrarnos con la cascada Bjarnarfoss, con una caída impresionante; desde muy lejos en la carretera ya se veía un hilo blanco que caía. Y al acercarnos nos percatamos que el agua cae sobre pequeñas formaciones basálticas, pero en menos cantidad que las que tiene Svartifoss.
cascadas de islandia
Esta cascada es una de las menos conocidas, pero la hemos mencionado en el post “Las mejores cascadas de Islandia”.
Seguimos el recorrido para encontrar una iglesia muy peculiar, conocida como la iglesia negra (Búðakirkja) ubicada en la región conocida como Budir o Buðir.  Esta iglesia es considerada como monumento nacional y fue construida en 1703.
Qué ver en la península Snaefellsnes
La región de Budir es famosa por ser mencionada por Julio Verne como punto de partida para el viaje al centro de la tierra. Y lo atractivo de la iglesia además de su color es los parajes de lavas que se pueden ver a su alrededor.
Como última parada antes de buscar nuestro alojamiento de ese día, fue una extraña grieta que vimos por casualidad. Al ir conduciendo, vimos unos coches estacionados y personas que caminaban hacia la montaña, nos mató la curiosidad y decidimos parar. Esta grieta se encuentra al desviarse la carretera principal, donde hay un letrero que dice Raudfeldsgjá. Se ha formado por los movimientos de las diferentes placas tectónicas que han ocurrido desde hace muchos años en Islandia.
Qué ver en la península Snaefellsnes
No solo se puede ver desde fuera; para los más intrépidos y a los que no les importe mojarse un poco los pies con el pequeño riachuelo que baja de la grieta, se puede ir hasta dentro y ver cómo la grieta se va haciendo pequeña hasta unir las dos paredes de la montaña.
Al mirar hacia arriba, se puede ver este agujero por donde se escucha el zumbido del viento al entrar por la grieta.
De esta visita hicimos este vídeo:

Ya con el día casi completo en cuanto a visitas planificadas, nos tocaba encontrar el alojamiento que se encontraba un poco más adelante de la grieta. Nos tocó esa noche una cabaña muy mona muy cerca de la playa y desde allí descansamos, cenamos y contemplamos como a las casi 12 de la noche la luz bajaba de intensidad.