Al lado derecho del puente, se puede ver otro puente a menos altura que también da acceso a la ciudad y que lleva a la Nydeggkirche, una pequeña iglesia en la que se puede encontrar una de las tantas fuentes de Berna.
Además de ser conocida por los osos, Berna es conocida como la “Ciudad de las Fuentes”, pues tiene 100 fuentes distribuidas entre sus callejuelas, unas más fáciles de encontrar que otras. Por lo que este es uno de los retos que los turistas tienen al visitar Berna: encontrar las 100 fuentes.
Nosotros no contábamos con tanto tiempo, de hecho solo estuvimos un día. Pero nos encontramos varias fuentes, ya sea en su calle principal o en las calles laterales, todas con colores muy vivos y preciosas. Si estáis en la ciudad, ¡no dudéis en buscar todas las fuentes posibles!
Desde el puente sale una calle principal que tiene tres tramos con diferentes nombres: Nydeggasse, Gerechtigkeitsgasse y Kramgasse. Los tres tramos conforma una bonita vía principal medieval que sube hasta la torre Zytglogge(“campana del tiempo” en dialecto bernés). En esta torre se encuentra una de las curiosidades más vistas y uno de los de los puntos imprescindibles de Berna.
Esta torre alberga un reloj astronómico con forma de astrolabio, el cual es muy interesante. El reloj tiene una zona negra que representa el cielo nocturno, una zona azul que corresponde al amanecer y atardecer, y una zona azul claro correspondiente al día. Además, tiene otros elementos que representan los trópicos, un armazón con el zodiaco y el calendario juliano, las fases de la luna y, finalmente, la hora. Es impresionante ver este tipo de reloj que incorpora tantos elementos antiguos utilizados por siglos.
No solo es sorprendente el reloj, al lado hay unas figuras que, unos 4 minutos antes de cada hora, anuncian la llegada de la hora que marcará el reloj con un desfile de movimientos y sonidos. Se puede apreciar un bufón tocando las campanas, un gallo cantando, el rey que mueve su cetro mientras desfilan otras figuras y entre ellas varios osos.
Es por esta razón, que esta torre está siempre repleta de turistas esperando ver el espectáculo de las figuras antes de cada hora. Pero en esta vía principal no solo está esta torre. Bajando desde Zytglogge, a unos 200 metros, a mano derecha está la casa de Einstein, donde vivió este físico de 1903 a 1905, periodo en el que desarrolló la teoría de la relatividad. Hoy en día está abierta al público y se puede visitar, nosotros no entramos pero seguro que es muy interesante.
Al seguir bajando por esta calle principal, está la calle Kreuzgasse, que la cruza y en la que se encuentra a la izquierda el edificio del ayuntamiento; vale la pena visitarlo, ya que es un edificio antiguo y muy bonito con dos escaleras laterales y un reloj en su parte superior.
Si se toma desde la calle principal a la derecha (el lado contrario al ayuntamiento), se encontrará en una calle aledaña la Berner Münster o catedral, con una torre impresionante; de hecho, es el edificio religioso más alto de Suiza, con 100 metros de altura. De estilo gótico, tiene una fachada que merece la pena ver por sus acabados.
Detrás de la Berner Münster, se encuentra un parque llamado Munsterplattform en el que, además de haber unos árboles muy verdes, se tiene una vista preciosa del río Aar.
Todo lo mencionado está en la parte antigua de Berna, pero si se continúa caminando desde Zytglogge, se entra a la parte más moderna de la ciudad, con locales comerciales y edificaciones modernas. Muy cerca de estas calles está el Palacio Federal de Suiza, un edificio con una gran plaza delante con unas fuentes de agua donde juegan los niños y una gran cúpula. Se puede rodear el edificio y para tener también otra vista de la parte baja de Berna con sus techos de madera.
Ya de noche, no podíamos dejar de ver la Zytgloggeiluminada, así que regresamos al casco antiguo para apreciarlo y ver sus calles antiguas de noche. Hay zonas que dan un poco de miedo por lo oscuras que están, pero es parte de su encanto.
En fin, que Berna, a pesar que no ser una de las ciudades más sonadas de Suiza, tiene su encanto. El poder buscar entre sus calles sus 100 fuentes, el poder ver los osos junto al río Aar, conocer donde vivió Einstein y recorrer sus calles hacen de este destino un lugar para visitar.
Si vais a Suiza no dejéis de visitar Berna, ¡la capital del oso!
¡¡Hasta el próximo post!!