Egipto es el paraíso de la arqueología; incluso a día de hoy se siguen encontrando nuevos restos de esa antigua civilización que a todos nos maravilla con su escritura jeroglífica, sus ritos funerarios, sus faraones… que tantas veces hemos visto en películas. Además, también tiene estupendas playas para descansar y tomar el sol, el Nilo, que es uno de los ríos más grandes del mundo y, por si fuera poco, el Mar Rojo, uno de los destinos más solicitados para bucear y ver peces y corales de maravillosos colores. Nosotros escogimos la primera opción y vimos gran cantidad de templos, ¡a cada cual más extraordinario!
Qué ver en Egipto en una semana
Como cuestiones prácticas a tener en cuenta, hay que decir que para viajar a Egipto es necesario un visado, que se puede obtener a la llegada, en el mismo aeropuerto, lo cual facilita mucho las cosas. La moneda es la libra egipcia (1 L.E.= 0,05 € aproximadamente). Por último, en cuanto a la mejor época para viajar, recomendamos no ir en verano, puesto que gran parte del país es desierto y las temperaturas diurnas pueden llegar a ser muy altas; nosotros fuimos en diciembre y encontramos una temperatura un poco fresca por la noche pero ideal durante el día.
Dicho todo esto, pasamos a presentar todas las maravillas que pudimos ver durante una semana en el Alto Egipto, siguiendo el cauce del río Nilo de norte a sur:

Qué ver en Egipto en una semana

Templo de Karnak

Karnak es en realidad un complejo formado por tres recintos, Motu, Amón y Mut, delimitados por los restos de lo que fueron muros de ladrillos. De ellos, el de Amón es el más grande y mejor conservado, y en él se encuentra el Gran Templo de Amón, que fue la institución religiosa más importante de Egipto.
Son impresionantes las esfinges, algunas con cabeza de carnero en honor a Amón, en la avenida de entrada.
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También la gran sala hipóstila con sus 134 enormes columnas de 23 metros de altura con capiteles en forma de papiro (papiriformes); es increíble ver los relieves de los pilares.
El conjunto tiene, además, un lago sagrado y otros templos, como los de Jonsu y Ramsés III.
Karnak es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979 junto con Luxor y la necrópolis del Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas.

Templo de Luxor

Situado a apenas 3 kilómetros del templo de Karnak. Delante del pilono de entrada al templo hay un obelisco de Ramses II; su gemelo se encuentra en la place de la Concorde de París como regalo de Mohamed Ali a Francia en 1831, tras un complicado traslado que duró 5 años. También hay dos colosos sedentes que representan al faraón Ramses II.
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El templo está dedicado a Amón y tiene dos patios, el de Ramses II y el de Amenhotep III, unidos por una columnata con capiteles papiriformes abiertos.
El patio de Amenhotep III está rodeado por columnas con capiteles papiriformes cerrados en los que se puede apreciar, además de los relieves egipcios, la inscripción 1820 CARLO VIDUA ITALIANO, una de las señales que dejó este explorador italiano al visitar el lugar.
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En la época romana, el templo fue utilizado como campamento militar, quedando varios vestigios, como los restos de un fresco que representaba la visita de Alejandro Magno o lo que fue el ábside de un santuario.
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En el patio de Ramses II está la mezquita de Abu el-Hagag, construida en el siglo XIII tras la invasión musulmana.

Valle de los Reyes

Es uno de los lugares míticos de Egipto, que nos hace imaginar cámaras llenas de pinturas de brillantes colores y sarcófagos de oro con las momias de los faraones en su interior. La realidad es algo diferente, pero ello no hace que deje de ser uno de los yacimientos más importantes de Egipto y de todo el mundo. Se trata de un gran complejo funerario situado en un paraje árido y muy caluroso que desanima un poco, no todas las tumbas pueden visitarse y algunas están muy deterioradas debido a la erosión y los saqueos a lo largo del tiempo. 
Y la mayoría de objetos encontrados están repartidos en diferentes museos como el Egipcio de El Cairo, el del Louvre en París o el Británico en Londres. En este valle se encuentran la mayoría de las tumbas, hasta más de 60, de los faraones que conocemos, que son del Imperio Nuevo, aunque no todos se han encontrado. La entrada general permite el acceso a tres tumbas de entre las que están abiertas al público.
Las más recomendables son las de Tutmosis III, Setis I, Ramses II, Ramses III. La de Tutankhamon se visita adquiriendo una entrada especial.
No se permite hacer fotografías en el interior de las tumbas, por lo que no disponemos de imágenes para mostrar.

Templos de Al-Deir Al-Bahari

Es un complejo formado por tres templos funerarios: el de Mentuhotep II, el de Hatshepsut y el de Tutmosis III. Los dos primeros tienen terrazas unidas por rampas y columnas de pilares cuadrados. Destaca el de Hatshepsut, que está dedicado a una de las pocas reinas que tuvo el título de faraona.
La capilla de la reina tiene unas bonitas pinturas.
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Es asombroso ver cómo los templos casi forman parte del paisaje, pues algunas partes están excavadas en la roca.
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Colosos de Memnon

Son dos gigantescas estatuas de cuarcita roja y 19 metros de altura que representan al faraón Amenhotep III sentado y que marcaban la entrada al templo funerario de Amenofis III, actualmente desaparecido. Debido al paso del tiempo y la erosión, los colosos se encuentran bastante deteriorados, pero siguen siendo imponentes.
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Templo de Edfu

Estaba rodeado de una muralla defensiva de adobe y sus pilonos de entrada son los más altos de todos los de los templos egipcios. El templo está dedicado al dios Horus, representado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, y se encuentra en bastante buen estado.
Es impresionante su sala hipetra, rodeada de 32 columnas con capiteles florales y la estatua de un halcón al fondo, que era pareja de otra que no se conserva.
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Destaca el santuario en el que se encuentra la barca sagrada del dios.
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Templo de Kom Ombo

En realidad son dos templos simétricos dedicados cada uno a una divinidad: Horus (con cabeza de halcón) y Sobek (con cabeza de cocodrilo). Destaca la sala hipóstila exterior, con 15 gruesas columnas de capiteles florales y mucha decoración de relieves.
Es famoso el muro posterior, que tiene relieves de instrumentos quirúrgicos de la época, muy similares a algunos actuales, pero no tenemos foto. Desde 2012 se puede visitar el Museo del Cocodrilo que cuenta, entre otras piezas, con una colección de varios ejemplares momificados encontrados en la zona.
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Abu Simbel

Junto con los templos de Philae y otros monumentos nubios, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. Abu Simbel consta de dos templos excavados en la roca: el templo mayor o de Ramses II y el templo menor o de Nefertari, levantados para poner de manifiesto el poder del faraón.
El templo mayor tiene una fachada con cuatro colosos sentados de Ramses II, de 21 metros de altura, y dos salas hipóstilas antes de llegar al santuario.
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El templo menor tiene una fachada con seis estatuas de casi 10 metros de altura; cuatro de ellas son de Ramses II y dos de la reina Nefertari, su esposa favorita. Tiene una única sala hipóstila.
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Tras construirse la presa de Aswan, ambos templos fueron desmontados y trasladados 65 metros más arriba de su lugar original para que no fueran cubiertos por el agua. Es muy típico asistir a un espectáculo nocturno de sonido y luces de colores proyectadas en el templo.
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Templos de Philae

Este conjunto de templos está en una isla llamada  Agilkia, situada en el río Nilo, cerca ya de la presa de Aswan; la verdadera isla de Philae quedó sumergida tras la construcción de la presa, así que la UNESCO trasladó todo el complejo. Se trata de uno de los conjuntos más importantes y bonitos de Egipto, no en vano es conocido como “la perla de Egipto”.
El edificio principal es el templo de Isis, con una columnata de acceso formada por 32 columnas de capiteles lotiformes y grandes pilonos de entrada. 
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También es muy característico el quiosco de Trajano, una construcción rectangular con 14 columnas de capiteles en forma de flor, que originalmente tuvo un tejado de madera. Fue mandado construir por este emperador romano y tiene relieves que le representan haciendo ofrendas a los dioses egipcios Osiris, Isis y Horus.
Cerca de los templos de Philae hay un poblado nubio de Aswan, Gharb Soheil, que se puede visitar. Está muy preparado para el turismo, pero da una idea de la forma de vida de estas gentes. La excursión comienza en faluca, una embarcación pequeña de vela, y continúa en camello; en el poblado se puede ver el interior de las coloridas viviendas, las tiendas, e incluso hacerse un tatuaje de henna.
Qué ver en Egipto en una semana
Hasta aquí nuestro recorrido por algunos de los principales templos del Alto Egipto. Pero una visita a este país no estaría completa sin conocer su capital, El Cairo, con su caos y su encanto a partes iguales, que merece una explicación más detallada.
Si se dispone de más tiempo, también es interesante visitar la antigua ciudad de Abido con varias necrópolis y los templos de Setis I y de Osiris (Osirión). También los templos de Dendera y de Medinet Habu, el valle de los nobles o príncipes en Qubbet el-Hawa y el poblado de Deir el-Medina.

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¡¡Hasta el próximo post!!