Ibiza es una preciosa isla balear que forma parte de las llamadas Pitiusas junto con Formentera. El nombre significa lugar de pinos y fue dado por los griegos, llamando Gimnesias a Mallorca y Menorca.

Los primeros habitantes de la isla tuvieron origen ibérico, pero fueron los fenicios quienes fundaron la ciudad de Ibosim, nombre derivado del dios egipcio Bes, en el siglo VII a. C. Llegó a ser una de las poblaciones más importantes del Mediterráneo por su preciada sal, su privilegiado puerto natural y ser paso obligado en las rutas comerciales. Tras la conquista romana se inició un periodo de decadencia que duró hasta el siglo X, cuando Madina Yabisah formó parte de al-Andalus. La isla pasó al cristianismo en 1235 con Jaime I de Aragón y en el siglo XV disfrutó de una época de bonanza y crecimiento demográfico. En 1782, Carlos III otorgó el título de ciudad a Ibiza y se convirtió en sede episcopal.

A partir de 1960 comenzó un gran crecimiento turístico que ha convertido a la isla en capital internacional de la fiesta con algunas de las mejores discotecas del mundo.

Pero además de esto, lo cierto es que la isla tiene mucho más que ofrecer por su legado histórico y la deslumbrante naturaleza de sus calas y playas, siendo Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999 por su cultura y su biodiversidad con las praderas de posidonia oceánica.

En este artículo contaremos nuestra visita al casco viejo de la ciudad.

Qué ver en la ciudad de Ibiza en un día

Necrópolis y Museo Monográfico Puig des Molins

Puig des Molins es una pequeña colina de unos 50 metros de altura, llamada así por haberse encontrado rodeada de molinos harineros del siglo XV, de los que aún se conservan algunos. En la colina se han encontrado unas 3000 tumbas excavadas en la roca, que datan de la época fenicia, aunque también fueron utilizadas por las diversas culturas que pasaron por la isla, aproximadamente hasta principios del siglo VIII.

La mayoría de estas tumbas, denominadas hipogeos, tienen una cámara y un pozo de acceso. Una de ellas está habilitada para la visita, por lo que se puede bajar con un casco que proporcionan en las instalaciones.

Después de ver el exterior se visita la zona de museo. Consta de varias salas con multitud de piezas encontradas durante los trabajos arqueológicos en las tumbas. Nos llamaron la atención las grandes cáscaras de huevo de avestruz decoradas, procedentes del norte de África  y utilizadas en los ajuares funerarios. Los huevos estaban asociados con la fertilidad y la resurrección, por lo que podrían simbolizar la pervivencia del difunto en el más allá o incluso su vuelta a la vida. También tenían usos cotidianos, como recipientes para contener ocre (pintura roja) o semillas.

El busto de la diosa Tanit es la pieza más importante, ya que era la diosa madre a la que se ofrecían sacrificios, no solo en Ibiza sino también en otros lugares del Mediterráneo.

También se pueden observar unos moldes del dios Bes, además de numerosas figuras, lucernas, ungüentarios…

Dalt Vila

El casco viejo de Ibiza, llamado Dalt Vila, constituye el recinto amurallado mejor conservado del Mediterráneo. Paseando por sus calles empedradas, estrechas y empinadas, se descubren bonitos rincones y los lugares más destacados.

Muralla renacentista

Fue construida a finales del siglo XVI por el ingeniero militar italiano Juan Bautista Calvi, por orden de Felipe II como protección ante ataques turcos y piratas. La muralla rodea la zona más elevada de la capital, Puig de Vila. Tenía un perímetro de 1800 metros, siete baluartes pentagonales y cinco entradas. De estas, la principal es el Portal de ses Taules o Puerta del Mar, junto al Baluarte de San Juan, flanqueada por dos estatuas romanas y coronada con el escudo del rey.

Esta entrada tenía un puente levadizo y en el interior estaba la Plaza de Armas, una plaza porticada para el Cuerpo de Guardia actualmente conocida como Soportales del Rastrillo.

Baluarte de San Juan

Es el más grande de todos los baluartes de la muralla. Tiene dos garitas de vigilancia en los extremos y en 1962 se abrió una puerta para permitir el paso de coches.

Baluarte de Santa Lucía

Tras atravesar el Portal de ses Taules llegamos a este baluarte, donde están el antiguo polvorín del siglo XVIII y la Iglesia de Santo Domingo, construida entre los siglos XVI y XVII. En la parte baja del baluarte, extramuros, están los barrios pesqueros de La Marina y Sa Penya.

Ayuntamiento

Ocupa un antiguo convento de Dominicos de finales del siglo XVI. Se conservan el claustro y el refectorio. En la sala capitular se han recuperado las espectaculares pinturas murales de la bóveda de cañón, con motivos religiosos y florales.

Calle Mayor

Seguimos recorriendo callejuelas hasta llegar a la Calle Mayor, flanqueada por las viviendas de las familias históricas de Ibiza, en la que encontramos bonitos rincones.

Sa Portella

Llamada también Porta d’en Serra, es la única entrada que se conserva de la antigua muralla de época musulmana, que tuvo hasta 30 torres. El acceso comunicaba la parte alta con la zona extramuros, llegando hasta el puerto.

Centro de Interpretación Madina Yabisa

Está situado en el edificio de la Curia, que data de los siglos XIV y XV y fue sede del poder judicial; tiene elementos góticos y renacentistas, como una puerta presidida por el escudo de la Corona de Aragón. En su interior se explica el periodo de dominación musulmana de la isla con paneles informativos, diversas piezas de la época y una maqueta de la ciudad complementada con  una proyección audiovisual. También se puede observar un tramo de la antigua muralla árabe. El acceso es gratuito.

Catedral de Santa María de las Nieves

Situada en la Plaza de la Catedral, es uno de los monumentos más importantes de Dalt Vila. Se levantó sobre la muralla árabe, de la que queda una torre junto a ella, en el lugar en el que probablemente estuvo la mezquita. Su estructura original es del siglo XIII, pero tuvo diversas reformas a lo largo del tiempo.

Su exterior tiene aspecto sobrio y militar para resistir ataques, con una torre campanario de estilo gótico.  En el interior se puede ver una bóveda blanca con decoración sencilla.

Al lado de la catedral están el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera (que encontramos cerrado) y el Baluarte de Santa Tecla; enfrente, el mirador del rey Jaime I con unas bonitas vistas del puerto.

Castillo

Se encuentra en la parte trasera de la Catedral. Está formado por el Castillo, la Torre del Homenaje y la Casa del Gobernador, construidos entre los siglos XVI y XVIII. Actualmente no se puede visitar porque está en obras: parece ser que en un futuro albergará el primer Parador de Turismo de Baleares. La mejor vista se tiene desde el cercano Baluarte de San Bernardo.

Ronda Calvi

A partir del Castillo se desciende por la Ronda Calvi. A la izquierda quedan los baluartes de San Bernardo, San Jorge y San Jaime, con galerías subterráneas, parapetos y casamatas (patio interior). Este último tiene cañones en su parte superior y una exposición de armas de los siglos XVI al XVIII en la casamata.

A la derecha de la Ronda se pueden ver excavaciones en las que se han descubierto nuevos restos de la muralla medieval.

A lo largo del recorrido se encuentran diversos paneles explicativos de todas las estructuras defensivas por las que se va pasando.

Baluarte de San Pedro

Aquí se ha instalado el centro de interpretación sobre la construcción de las murallas. Muy cerca está la animada Plaza del Sol con sus restaurantes.

Nosotros salimos del recinto amurallado por este baluarte, llegando a la Plaza de la Reina Sofía.

Paseo Vara del Rey

Es una amplia avenida, ya fuera de Dalt Vila, que llega casi hasta el puerto. En ella hay numerosos restaurantes y el monumento a Vara de Rey, un general ibicenco que murió en la Guerra de Cuba. En las calles aledañas se pueden ver algunos edificios de estilo colonial, construidos por indianos regresados de América.

Puerto y barrios de La Marina y Sa Penya

Nosotros sólo llegamos hasta el puerto, pero si se dispone de más tiempo recomendamos ver los barrios de La Marina y Sa Penya y perderse por sus callejuelas blancas y estrechas, disfrutar de sus numerosos bares y restaurantes y llegar hasta la Plaza de Sa Torre o incluso hasta el faro.

Playas

La ciudad dispone de tres playas cercanas: al norte, la playa de Talamanca, y al sur, las de Ses Figueretes y la d’en Bossa. La de Figueretes es la única a la que se puede llegar andando, las otras están comunicadas por autobús.

Qué comer en la ciudad de Ibiza y dónde

La gastronomía ibicenca tiene como ingredientes principales los pescados y mariscos, así como los arroces y los productos de la huerta. Algunas de las recetas típicas que se pueden comer son: frita de pulpo, borrida de ratjada (guiso de raya), bullit de peix (guiso de pescados primero y arroz a banda después), sofrit pagès (guiso de carnes, embutidos y verduras), ensalada de crostes (pan duro), arroces…

Nos habría gustado probarlos todos pero solo teníamos un día. Fuimos al Bar San Juan en el barrio de La Marina, el más antiguo y popular de Ibiza, ya que habíamos leído buenas críticas. Tomamos ensalada payesa, arroz de matanzas y bacalao a la ibicenca. Las cantidades son abundantes y los platos cambian cada día.

Recomendamos acudir temprano porque no se puede reservar, y hay que pagar en efectivo.

Alrededores de Ibiza ciudad

  • Parque Natural Ses Salines: situado junto al aeropuerto, obtuvo esta distinción en 2001. Además de las salinas explotadas desde tiempos fenicios, tiene varias playas, un centro de interpretación, la localidad de San Jorge y un área submarina con praderas de posidonia. Se puede llegar en el autobús L11.
  • Yacimiento fenicio Sa Caleta: se trata de los restos de un poblado del siglo VIII a. C. Forma parte de la denominación forma parte del sitio Patrimonio de la Humanidad. Al lado se pueden observar construcciones de la Guerra Civil. Solo se puede llegar en coche.

Esperamos poder volver a Ibiza para descubrir el resto de la isla.

¡¡Hasta el próximo post!!

Rebeca Gavilán Yela
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