En las entrañas de la montaña leonesa, en el pueblo de Valporquero del Torío, a 45 kilómetros de León (aproximadamente una hora), se encuentra la cueva de Valporquero, verdadero prodigio de la erosión kárstica durante un millón de años.
Para llegar hasta ella recomendamos salir de León por la carretera LE-311, pues a unos 20 minutos, a partir de San Feliz de Torío, correrá paralela a este río, el Torío, que nos irá dejando preciosas panorámicas. Pero es a partir de Vegacervera cuando el espectáculo se vuelve extraordinario al atravesar grandes bloques calizos que en algunos puntos alcanzan más de 100 metros de altura.
cueva de Valporquero
Estas son las hoces de Vegacervera, paredes estrechas y casi verticales que son el hábitat ideal para diversas aves rapaces. Y qué decir del paisaje cuando añadimos niebla y algo de nieve… ¡el efecto de la luz del sol a veces nos deja escenas casi fantasmagóricas!
Aún no repuestos de la maravilla que acabamos de dejar atrás, llegamos al desvío para tomar la carretera que lleva a Valporquero del Torío y, en unos 10 minutos, llegamos al estacionamiento de la cueva de Valporquero. Nos reciben unas bonitas rocas de las que cae una pequeña cascada.
La cueva, a más de 1300 metros de altitud, tiene una temperatura constante de 7ºc y una humedad del 99%, por lo que hay que ir con algo de abrigo (una vez dentro, la sensación es más cálida por la humedad). Ya la entrada impresiona:
Pero su interior nos deja boquiabiertos. A lo largo del recorrido, sobre todo si es época de deshielo como cuando fuimos nosotros, se puede ver el discurrir natural del agua del arroyo de Valporquero, a veces con mucha fuerza y un ruido que llega a ser bastante fuerte.
A medida que caminamos por la cueva de Valporquero , solo podemos mirar a nuestro alrededor para descubrir multitud de caprichosas formas entre las estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas.
Nos llamaron la atención mucho los microlagos, que nos recordaron a unas formaciones similares en la cueva de Škocjan en Eslovenia.
cueva de Valporquero
También el lago Pequeñas Maravillas y el Cementerio Estalactítico.
cueva de Valporquero
La verdad es que cualquier lugar al que se mire en el interior de la cueva es impresionante: Gran Rotonda, Gran Vía, Columna Solitaria… ¡El recorrido a través de sus siete salas visitables es un continuo asombro!
cueva de Valporquero
Sólo existe opción de visita guiada, lo que es mucho mejor, ya que así nos enteramos de muchos datos interesantes. No contamos más porque… ¡hay que vivir la experiencia!
Para más información sobre precios, horarios y otros detalles útiles:
Pero existen otras formas de visitar la cueva, para los más intrépidos. Por ejemplo, con actividades de turismo espeleoturístico, como descenso del río y barranquismo; estas se llevan a cabo en un nivel inferior de la cueva, denominado Curso de Aguas, por el que discurre un río subterráneo. La empresa Guheko ofrece estas actividades y otras muchas en la provincia de León:
Y para reponer energías después de las emociones fuertes, qué mejor que una gran comida leonesa. En la cercana localidad de Vegacervera, tenemos el Restaurante Las Rocas, donde podemos disfrutar, entre otros, de cecina especial de la casa, guiso tradicional de judiones de La Bañeza, lomos de bacalao al ajo arriero o carne de cecina de chivo entrecallada con longaniza. Y de postre, una exquisita tarta de queso con salsa de frutos del bosque.
¡Para chuparse los dedos!
Y así puede concluir una jornada perfecta de naturaleza, aventura y gastronomía. Cómo no, en León.
Y vosotros, ¿habéis hecho esta excursión a la cueva de Valporquero?
¡¡Hasta el próximo post!!