Una visita muy recomendable estando en Valencia es una excursión al Parque Natural de la Albufera, ubicado a unos 20 kilómetros desde el centro de la ciudad.
Inicialmente, hace miles de años, el lugar era un golfo marino delimitado por los ríos Turia al norte y Júcar al sur y, debido a la acumulación de sedimentos arrastrados por ambos ríos en forma de barrera arenosa, el golfo se ha cerrado, originando la laguna que ha evolucionado hasta nuestros días.
El lugar ya era conocido por los romanos como Nacarum Stagnum o estanque de nácar y posteriormente por los árabes como Al-Buhaira o pequeño mar. Fueron estos últimos los que introdujeron el arroz en la península ibérica y adecuaron la laguna para el cultivo del mismo, creando en el marjal los arrozales que se mantienen hasta la actualidad, así como las acequias para el riego; de esa época árabe datan también las tres golas o canales con compuertas que comunican con el mar y que sirven para disminuir o elevar el nivel del agua según el ciclo del cultivo del arroz; estas son la del Pujol, la de El Perellonet y la de El Perelló.
Actualmente, la laguna tiene agua dulce que proviene, además de las filtraciones del Turia y el Júcar, de multitud de torrentes, del agua de lluvia, del agua sobrante del riego de las acequias y de depósitos subterráneos.
A lo largo de la historia, diversos personajes ilustres han tenido relación con la Albufera, como el rey Jaime I, que se apropió de ella para incrementar su patrimonio real, el rey Carlos III, que estableció unas ordenanzas para regular la caza, y el célebre pintor Goya, que acudió al lugar para cazar.
¿Qué hacer en la Albufera de Valencia?
La actividad estrella en una excursión a la Albufera es dar un agradable paseo por la laguna en una barca llamada albuferenc, propia de esta zona.
Así se puede observar parte de la fauna de la laguna, sobre todo aves acuáticas como patos, garzas y el morito común, un tipo de ibis, así como diversas aves migratorias, algunas de las cuales ya se han convertido en permanentes, como los flamencos.
También se pueden divisar algunas barracas, casas típicas valencianas, en las orillas. Además, durante el recorrido se pueden ver las artes de pesca de origen fenicio, y extendidas por romanos y árabes, que se siguen utilizando hoy en día para pescar lubinas, mújoles y anguilas, los tres pescados emblema de la laguna.
Otras actividades muy habituales en la Albufera es la visita al interior de una barraca valenciana, alquilar una embarcación de remos, hacer caminatas por los senderos existentes y realizar un tour guiado por la antigua isla de El Palmar, un núcleo de pescadores y agricultores donde está la preciosa Barraca dels Arandes, una de las más antiguas del lugar.
En estas antiguas construcciones, el escritor Vicente Blasco Ibáñez ambientó sus novelas del ciclo valenciano, como Arroz y tartana, Cañas y barro o La barraca.
Por último, también existe la posibilidad de asistir a las Regates de Vela Llatina, que se celebran los fines de semana de marzo a septiembre, bien como participante o bien como espectador.
¿Qué comer en la Albufera y dónde?
Algo que no puede faltar en una excursión por la Albufera es disfrutar de un buen menú con los platos más típicos de la zona. En El Palmar existe una amplísima oferta de restaurantes donde probarlos, con precios para todos los gustos. Recomendamos hacer reserva previa, sobre todo si es fin de semana, ya que suele haber mucha gente en todos los sitios.
Nosotros nos dimos un homenaje y fuimos al restaurante BonAire, del chef Raúl Magraner, que obtuvo el primer premio del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca de 2018. Allí pudimos degustar unos exquisitos entrantes, como esgarrat de llisa (mújol asado, pimiento rojo y cebolla), clòtxinas valencianas (mejillones al vapor), anguila frita y all i pebre (anguila guisada con pimentón y ajo); después llegó la no en vano premiada paella valenciana y, por último, una degustación de postres caseros. ¡Sublime!
¿Cómo llegar a la Albufera de Valencia?
Es muy fácil llegar en coche desde Valencia por la autopista de El Saler y la CV-500. Antes de llegar, a la altura de la gola del Pujol, hay un mirador donde es habitual detenerse para inmortalizar el paisaje, sobre todo a la hora de la puesta de sol. Se pueden encontrar varias zonas de aparcamiento a ambos lados de la carretera o en los restaurantes, así como por las calles de El Palmar.
También se puede ir en transporte público, en la línea 25 de autobús desde la calle Colón, con un ramal hasta El Palmar en 30 minutos y con otro ramal hasta El Perellonet en 45 minutos.
Y así fue nuestro fantástico día en la Albufera de Valencia, disfrutando del sol y la gastronomía de la zona.
¡¡Hasta el próximo post!!