La capital del Turia es una ciudad moderna que mucho ha evolucionado desde su fundación como Valentia Edetanorum en la época romana. Tiene un centro histórico bastante grande, con bonitas calles y preciosos monumentos, además de muchas actividades típicas y festividades como la Fallas, mundialmente conocidas y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2016.
Nosotros pasamos un fin de semana espectacular en Valencia disfrutando de sus muchos atractivos y actividades. ¿Nos acompañas?
¿Qué ver en Valencia en dos o tres días?
Estación del Norte
Es la estación más importante de la ciudad, un edificio modernista construido en la primera mitad del siglo XX. Es colorido y con mucha ornamentación de inspiración valencianista, como las naranjas y motivos vegetales de la fachada; también se observan estrellas de cinco puntas, emblema de la Compañía de Ferrocarriles del Norte, que fue la responsable de su construcción. Asimismo, llaman la atención el gran reloj de bronce y el águila sobre el mundo, símbolo de la velocidad.
Al lado de la estación está la plaza de toros.
Plaza del Ayuntamiento
Caminando por la calle que parte de la estación, la avenida del Marqués de Sotelo, tardaremos apenas 10 minutos en llegar a la plaza del Ayuntamiento, famosa en el mundo entero por ser escenario de las mascletás en las Fallas. En ella se encuentran importantes edificios, como el de Correos y Telégrafos y el propio Ayuntamiento. En el primero, de estilo modernista, destacan las cinco figuras del tímpano y que representan los cinco continentes y, en el segundo, las dos figuras a ambos lados del escudo y que representan las Artes y las Letras.
Catedral
Si seguimos caminando por las calles de San Vicente Mártir y Plaza de la Reina, llegaremos a la Catedral de Santa María de Valencia, también conocida como Catedral Basílica Metropolitana o Seu. Se comenzó a construir en 1262 sobre los restos de una mezquita y una catedral visigótica y después fue añadiendo estilos arquitectónicos a lo largo del tiempo, como lo demuestran sus tres puertas: románica (la del Palau), gótica (la de los Apóstoles) y barroca (la de los Hierros).
Destacan el cimborrio, una torre octogonal gótica del siglo XIV; el Miguelete, una torre gótica anexa de 50 metros de altura que hace de campanario; la puerta de los Apóstoles, del siglo XIV, sobre la que hay un gran rosetón; la Obra Nueva, una galería renacentista, del siglo XVI; un curioso puente pasadizo del siglo XVII, que une la catedral con la vecina basílica de la Virgen de los Desamparados.
En la capilla del Santo Cáliz se encuentra esta reliquia, según la tradición, que fue donada por el rey Alfonso el Magnánimo.
Basílica Virgen de los Desamparados
Es el templo dedicado a la patrona de la ciudad y fue construido en el siglo XVIII. Es característica su gran cúpula, cuya bóveda interior está cubierta de frescos de Antonio Palomino.
Los días previos a las Fallas se realiza una ofrenda de flores, en la que se van colocando ramos en una gran figura de la Virgen, hecha de madera.
Tribunal de las Aguas
Cada jueves a las 12:00 se reúne en la Casa Vestuario (frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral) la institución de justicia más antigua de Europa, que se encarga de resolver los conflictos derivados del uso del agua de riego entre los agricultores de las Comunidades de Regantes de las 8 acequias que forman parte de él.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009.
Antiguas murallas y sus torres
Desde la catedral en dirección a los Jardines del Turia, llegamos a las Torres de Serranos que, junto con las Torres de Quart, son las dos puertas fortificadas que quedan de las cuatro principales que tuvo la muralla medieval, pues Valencia, como otras villas españolas, estuvo rodeada por una muralla de seguridad: primero una romana, después una árabe más grande y por último una medieval, más amplia, que fue derribada en el siglo XIX para continuar con la expansión de la ciudad.
Las Torres de Serranos se levantaron en el siglo XIV, imitando la puerta Real del monasterio de Poblet. Se trata de dos torres pentagonales unidas por un cuerpo central, a través de cuya puerta entraban los viajeros y mercancías provenientes de Aragón y Cataluña.
Las Torres de Quart, levantadas en el siglo XV con estilo gótico ojival, eran la entrada a la ciudad desde el reino de Castilla. Son cilíndricas y más robustas que las de Serrano, también unidas por un cuerpo central. En ellas se aprecian agujeros abiertos por proyectiles en diversas contiendas.
Ambas torres se pueden visitar por dentro, pero en las de Serrano se podía subir a las dos torres mientras que en las de Quart, sólo a una.
Lonja de Mercaderes
Se trata del edificio gótico civil más importante de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Su construcción fue financiada por el primer banco de Valencia, la Taula de Canvis, que fue creado para sufragar las transacciones comerciales. La Lonja está en un edificio precioso en cuyo exterior destacan varias gárgolas eróticas. En el interior, están el patio de los Naranjos con una pequeña fuente, la sala del Consulado del Mar con un magnífico techo artesonado del siglo XV y el Salón Columnario o Sala de Contratación con 24 columnas helicoidales impresionantes.
Otro ejemplo de este tipo de edificio lo tenemos en la lonja de Palma de Mallorca, con el que guarda gran parecido.
Mercados modernistas
Dos son los grandes mercados de Valencia, el Mercado Central y el Mercado de Colón, que nacieron gracias al empuje comercial de la ciudad con la llegada del ferrocarril. Ambos fueron construidos durante la primera mitad del siglo XX y son de estilo modernista.
El Mercado Central tiene una preciosa fachada de vidrio y metal con dos características veletas, una de un pez espada y otra con una cotorra. Su interior es todo un espectáculo para los sentidos, con más de 1000 puestos de venta de productos frescos; no en vano es el mayor mercado de productos frescos de Europa. También es digna de admiración la estructura de su techo.
El Mercado de Colón tiene también una fantástica fachada, con ladrillo y detalles en cerámica. Hoy en día es un mercado gourmet en el que disfrutar de variadas experiencias gastronómicas en sus numerosos locales.
Palacio del Marqués de Dos Aguas
Hermosísimo edificio que alberga el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí. En su fachada barroca decorada con frescos destaca la maravillosa portada de alabastro, una alegoría al agua con dos gigantes semidesnudos que representan los ríos Turia y Júcar; en la parte superior está la Virgen.
Bien merece una visita a su interior para ver sus salas, un verdadero derroche de arte. Una pieza única es la Carroza de las Ninfas, símbolo de las costumbres de la aristocracia valenciana del siglo XVIII. Nos gustaron mucho la sala de porcelana, la sala japonesa y la cocina tradicional con azulejos valencianos de los siglos XVIII y XIX.
Centro arqueológico de la Almoina
En este gran espacio subterráneo, considerado uno de los mejores centros arqueológicos de Europa, se pueden admirar el pasado de la ciudad, en sus vertientes romana, visigoda y árabe, resultado de las excavaciones realizadas entre 1985 y 2005. A través de pasarelas de cristal se pueden ir recorriendo restos de edificios y calles, llegando al mismísimo punto de origen de Valentia, a partir del cual se trazó la ciudad: el cruce entre cardo maximus y decumanus maximus.
Además, cada punto de interés tiene su correspondiente panel explicativo, con lo que se aprende mucho en la visita. Nos sorprendieron los restos funerarios romanos, las ánforas de la factoría romana, el pozo visigodo, los restos del alcázar islámico… ¡todo!
Palacio de la Generalitat
La sede del gobierno valenciano ocupa un palacio gótico del siglo XV de planta rectangular con un torreón. Existen visitas guiadas que se realizan de lunes a viernes laborables en horario de mañana, previa reserva por teléfono o correo electrónico. Nosotros tuvimos la inmensa suerte de encontrar, por casualidad, una jornada de puertas abiertas en sábado, así que no lo dudamos y entramos a conocer el interior del palacio. Destacan el patio gótico con escalera, la Sala Grande Dorada en la que se celebran las audiencias del presidente de la Generalitat y que tiene un espectacular techo con artesonado de madera policromada dorada con aire mudéjar, y el Salón de Cortes que tiene otro artesonado de madera sin pintar, este renacentista, rodeado por una galería.
Parroquia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir
La Capilla Sixtina valenciana, que tan de moda se ha puesto últimamente, bien merece este apodo. Fue construida en el siglo XV y combina la estructura gótica del templo con los extraordinarios frescos barrocos de sus bóvedas, que son su principal atractivo; una imagen vale más que mil palabras:
A pesar de que en su web anuncian varios tipos de entradas con varios precios, a nosotros nos cobraron por defecto la entrada con audioguía y que incluye también el acceso al Museo de la Seda (que no pudimos ver por falta de tiempo).
Ciudad de las Artes y las Ciencias
Este complejo de llamativa arquitectura es el complejo de ocio cultural y científico más importante construido en Europa en los últimos años. Ideado por el arquitecto Santiago Calatrava y ubicado al final de los Jardines del Turia, alberga varias construcciones entre las que destaca el Oceanogràfic, el mayor acuario marino de Europa, en el que pasar unas horas increíbles observando las miles de especies que lo habitan.
¡Un paseo nocturno por las instalaciones es también muy recomendable!
Otros puntos de interés
Hasta aquí hemos hablado de algunos lugares que se pueden considerar imprescindibles en toda visita a Valencia, pero hay algunos otros también muy recomendables si se dispone de más tiempo:
- Templo de los Santos Juanes: construida en el siglo XIII sobre una mezquita anterior, tiene una preciosa fachada barroca que da a la plaza del Mercado, con una veleta en el campanario. En su interior hay una exuberante decoración con estatuas que representan a personajes de las Doce Tribus de Israel y unos asombrosos frescos de Antonio Palomino, que nos recordaron a los de la iglesia de San Nicolás.
- Iglesia de Santa Catalina Mártir: se construyó en el siglo XIII sobre una mezquita anterior. Su característico campanario hexagonal de estilo barroco data de los siglos XVII y XVIII.
- Plaza Redonda: conocida como el Clot (el agujero), es una singular plaza que data del siglo XIX. Tiene varios comercios de artesanía, telas, souvenirs y bares. Es muy bonita la imagen con el campanario de Santa Catalina al fondo.
- Baños del Almirante: son unos baños públicos del siglo XIV inspirados en los antiguos baños árabes o hammam; tienen sala fría, sala tibia y sala caliente.
- Portal de Valldigna: precioso arco de medio punto de estilo gótico valenciano, abierto en 1400 en la muralla islámica para comunicar la ciudad con el suburbio de la morería.
- Centro del Carmen: es el antiguo Real Monasterio de Nuestra Señora del Carmen, del siglo XIII con reformas posteriores. Tras la desamortización quedó abandonado y actualmente ha sido transformado en un lugar para el arte que alberga exposiciones, conciertos… Nos gustó especialmente el claustro renacentista del siglo XVI con grafitis, aunque creemos que formaba parte de la exposición que había en ese momento.
También se pueden visitar la parroquia de la Santísima Cruz, la iglesia de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri, el Real Monasterio de la Santísima Trinidad, la casa natalicia de San Vicente Ferrer, la cripta arqueológica de la cárcel de San Vicente Mártir, el Real Colegio Seminario del Corpus Christi o del Patriarca, el Monasterio de San Miguel de los Reyes en las afueras…
Una ruta muy original podría ser la de edificios modernistas; además de los ya mencionados como la estación o los mercados, nosotros vimos la casa Ernesto Ferrer, la casa del Punto de Gancho, la casa Peris y la casa de los Dragones, pero hay muchos otros repartidos por la ciudad.
Y, por último, podríamos visitar alguno de los numerosos museos de la ciudad como el Museo Fallero, el Museo del Arroz en un antiguo molino, el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad, el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe…
¿Qué más hacer en Valencia?
Pero, ¿aún quedan más cosas que hacer en Valencia? ¡Claro que sí!
- Subir al Miguelete para ver la ciudad desde las alturas.
- Pasear por los Jardines del Turia, el Jardín Botánico o incluso visitar el Bioparc.
- Hacer un curso de auténtica paella valenciana, con socarrat y todo, en la Escuela de Arroces y Paella Valenciana. ¡Y después comérsela!
- Merendar un buen chocolate con buñuelos o una horchata con fartons en la horchatería Santa Catalina.
- Tomar helados de sabores extraños en la heladería Llinares. Nosotros tomamos el helado fallero, de calabaza y chocolate… ¡riquísimo!
- Tomar un agua de Valencia en el Café Madrid, lugar donde se originó este mítico cóctel a base de champán, vodka, ginebra y zumo de naranja.
- Ir a las playas de la Malvarrosa y las Arenas, pasear por el Paseo Marítimo y llegar hasta el puerto.
- Descubrir los Poblados Marítimos.
- Hacer una excursión al Parque Natural de la Albufera para pasear en barca y tomar una buena paella.
- Ir a las Fallas en marzo y ver las mascletàs, los fuegos artificiales, la ofrenda de flores a la Virgen, los ninots y la cremà.
¿Dónde comer en Valencia?
Al ser una ciudad grande, en Valencia hay multitud de lugares para comer y, además de los locales más renombrados del momento, no será difícil encontrar lugares más modestos donde degustar alguna de las especialidades arroceras de la zona.
¿Dónde dormir en Valencia?
Como cualquier gran ciudad, Valencia tiene una amplísima oferta de alojamientos, para todos los gustos y presupuestos. Nosotros decidimos darnos un capricho y nos alojamos en el Hotel Balneario Las Arenas, situado en primera línea de la playa del mismo nombre, en los Poblados Marítimos. Las habitaciones cuentan con todos los detalles para que la estancia sea inolvidable y el desayuno ofrece tantas opciones que es imposible probarlas todas en el mismo día. Además, hay un spa, varias piscinas (una de ellas climatizada) y acceso directo a la playa. La vista del amanecer desde la habitación es algo increíble.
Si quieres reservar algún alojamiento, puedes hacerlo aquí:
[booking_product_helper shortname=»busca hoteles»]Valencia Tourist Card
Para ayudarnos a descubrir la ciudad, contamos con esta tarjeta turística disponible para 24, 48 o 72 horas con la que, además de tener acceso gratuito en algunos monumentos y descuentos para otros (como la catedral o la iglesia de San Nicolás), también incluye reducciones en bares, restaurantes, compras… ¡y transporte gratuito ilimitado! ¿Se puede pedir más?
Y hasta aquí nuestra intensa visita a Valencia. ¿Con todo esto te haces una idea de qué ver en Valencia en dos o tres días? ¿Qué más nos recomendáis ver o hacer en la ciudad y alrededores?
¡¡Hasta el próximo post!!