La capital de Álava es una bonita y agradable ciudad que también es capital de la comunidad autónoma del País Vasco desde 1980. Fue fundada en 1181 por el rey navarro Sancho VI, que conquistó la aldea de Gasteiz y la llamó Nueva Victoria. En los siglos posteriores, la población se alcanzó gran prosperidad al encontrarse en el camino más corto entre la Corte de Castilla y Europa. Sin embargo, la expulsión de los judíos en 1492 supuso un largo periodo de decadencia que no terminaría hasta el siglo XVIII. Durante el siglo XIX la ciudad se convirtió en un importante centro cultural con el desarrollo de diversos grupos literarios y artísticos. Y en el siglo XX aparecieron las primeras fábricas modernas, que conllevaron un gran crecimiento demográfico así como el nacimiento de nuevos barrios.

Hoy en día, la ciudad mantiene gran parte de su trazado medieval e interesantes monumentos, siendo también moderna en la que disfrutar del ambiente de sus calles. Pero, sobre todo,  es verde: fue nombrada European Green Capital en 2012, Destino Turístico Sostenible en 2016 y Global Green City Award en 2019.

Qué ver en Vitoria Gasteiz

Los principales atractivos de la ciudad se concentran en el casco antiguo, que conserva la forma de almendra desde la época de su fundación. Los nombres de algunas de sus calles provienen de los gremios medievales que las ocupaban: Zapatería, Herrería, Cuchillería, Carnicería… Dar un tranquilo paseo es la mejor forma de conocerlo.

Plaza de la Virgen Blanca

Esta emblemática plaza, centro vital de la ciudad, era la plaza del mercado en la época medieval, por lo que también es conocida como Plaza Vieja. Son característicos los balcones de los edificios que la rodean. En ella están el monumento a la Batalla de Vitoria, en homenaje a la victoria sobre las tropas napoleónicas en 1831, y la escultura vegetal con el nombre de la ciudad.

Iglesia de San Miguel Arcángel

Situada al fondo de la Plaza de la Virgen Blanca, es la más antigua de la ciudad. En el exterior destacan el pórtico con dos grandes arcos, la estatua policromada de la  Blanca, patrona de la ciudad, y el tímpano de la entrada con escenas de la vida de San Miguel. En el interior, el retablo mayor barroco del siglo XVII, obra de Gregorio Fernández.

Vitoria

Plaza de España o Plaza Nueva

Esta plaza neoclásica de finales del siglo XVIII fue la primera obra que se construyó fuera de las murallas. Tiene planta cuadrada y está presidida por el Ayuntamiento. Forma un conjunto arquitectónico con Los Arquillos, que salvan 23 metros de desnivel sirviendo de nexo entre el casco antiguo y el ensanche del siglo XIX.

Plaza del Machete

Debe su nombre a que era el lugar donde antiguamente los gobernantes de la ciudad juraban cumplir las leyes.  El juramento se hacía sobre un machete que se guardaba en uno de los muros de la cabecera de la Iglesia de San Miguel, el mismo lugar en el que se puede ver actualmente, en el interior de una hornacina con cristal y rejas. También era llamada Plazoleta del Juicio, ya que en ella se ejecutaban las sentencias a muerte.

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Iglesia de San Vicente Mártir

Situada en la Plaza del Machete, fue la última que se construyó en el casco antiguo, sobre la antigua fortaleza de San Vicente. En su interior se guardan los Pasos de Semana Santa y sorprenden los restos de una decoración de angelotes y vegetales en madera policromada, procedentes de la desaparecida Iglesia de la Vera Cruz que estaba anexa.

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Palacio Villasuso

También en la Plaza del Machete, fue construido en el siglo XVI en la antigua muralla y tiene un gran escudo de piedra caliza en la fachada. Inicialmente la entrada estaba en la Plaza de Villasuso, en la parte alta, lo cual le da su nombre. Hoy en día es un centro de exposiciones y eventos.

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Murallas

La ciudad contó con tres murallas a lo largo de su historia: la más antigua, del siglo XI; la siguiente, del siglo XIII y la última, del siglo XIV. De la primera pueden verse dos tramos:

  • El primero en la parte posterior del Palacio Villasuso y frente al de Montehermoso, junto al que se ha construido una estructura de madera a modo de  pasarela y mirador en lo que fue el paso de ronda. Aquí también se puede ver lo que fue la nevera de Olave, que almacenó hielo durante el siglo XIX.
  • El segundo junto al Palacio Escoriaza-Esquivel, en el que puede verse un torreón y un arco en el Cantón de las Carnicerías. Hay que mencionar que, al pasar el arco hay un acceso al Jardín de la Muralla, pero normalmente está cerrado; nosotros lo encontramos abierto y pasamos a tomar una foto, pero era  porque en el interior había una visita guiada que es la única forma de poder entrar.

Palacio de Montehermoso

Palacio renacentista que desde el siglo XVI sirvió para hospedar a la realeza en sus visitas a la ciudad. En el siglo XIX fue escenario de los amores entre la Marquesa de Montehermoso y José Bonaparte. En su interior hay un patio y actualmente es un centro cultural cuya planta baja fue el antiguo depósito de aguas de la ciudad, construido en 1885, que también se utiliza para exposiciones.

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Iglesia de San Pedro Apóstol

Bajando varios tramos de escaleras (para subir hay escaleras mecánicas) llegamos a esta imponente iglesia. Se construyó en el siglo XIV adosada a la segunda muralla, por lo que algunos muros son más gruesos y tienen ventanas saeteras. En el exterior destaca la torre del siglo XVIII y la portada gótica de la calle Herrería. En el interior nos llamaron la atención las vidrieras, el magnífico Retablo de los Reyes de estilo plateresco y el baptisterio, con una pila de mármol del siglo XVIII; también hay varios sepulcros nobiliarios.

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Palacio Escoriaza-Esquivel

Fue construido en el siglo XVI por orden de Fernán López de Escoriaza, médico personal del rey Enrique VIII de Inglaterra. Es de estilo renacentista con portada plateresca y está adosado a la antigua muralla. Se puede ver con visita guiada.

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Catedral de Santa María

Esta catedral se levantó en los siglos XIII y XIV sobre las ruinas de la primitiva iglesia situada en la parte más alta de la aldea de Gasteiz. Sirvió de fortaleza para la defensa de la ciudad y entre 1496 y 1861 fue colegiata antes que catedral. Tiene cuatro portadas y una torre renacentista y barroca. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad 2015 por la UNESCO dentro del Camino de Santiago.

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Actualmente está siendo restaurada y solo se puede acceder al interior con visita guiada contactando previamente con la Fundación Catedral de Vitoria.

Torre de Doña Otxanda

También llamada Casa Torre de los Iruña, la primitiva casa-fuerte se construyó a principios del siglo XV. El palacio fue reconstruido en el siglo XVI por Don Andrés Martínez de Iruña que le puso el nombre de su hija, Otxanda. Actualmente alberga el Museo de Ciencias Naturales.

Torre de los Hurtado de Anda

Se trata de una de las construcciones más antiguas de la ciudad, pues data del siglo XV, y formaba parte de su sistema defensivo. Fue erigida por la familia hidalga de los Anda, que se encargaba de vigilar la muralla.

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El Portalón

Este precioso edificio gótico fue una posada para mercaderes a finales del siglo XV. Destaca la gran puerta de entrada, que tenía una rampa para acceder al sótano o a la cuadra, para guardar allí mercancías y carruajes. Se restauró en 1957 y actualmente es un restaurante.

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Casa del Cordón

Este palacio fue construido a finales del siglo XV por orden de Juan Sánchez de Bilbao, un rico judío converso, en torno a una torre medieval del siglo XIII. Debe su nombre al cordón franciscano que rodea su arco de entrada y en su fachada también se puede ver el escudo de los Reyes Católicos. En su interior hay una bóveda gótica policromada con decoración de estrellas, pero no pudimos verla por encontrar la casa cerrada.

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Catedral de María Inmaculada o Catedral Nueva

Se trata de un gran templo neogótico situado fuera del casco antiguo, frente al Parque de la Florida. Se construyó durante el siglo XX  porque que la Catedral de Santa María se había quedado pequeña. Actualmente alberga el Museo Diocesano de Arte Sacro.

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Ruta de murales “La Ciudad Pintada”

Este itinerario está formado por un total de 19 coloridos murales, que en su gran mayoría (13) están en el casco antiguo. Algunos de los que más nos gustaron son:

  • El triunfo de Vitoria: en homenaje a Fournier y los naipes.
  • Cubiertos de cielo y estrellas: en el que unos modernos San Joaquín y Santa Ana se abrazan.
  • Eskuz esku (mano a mano): dos murales contiguos y un mosaico que tratan sobre la música, el arte y la tradición gráfica de Vitoria.
  • Al hilo del tiempo: para rememorar la antigua función de la plaza de la Burullería, que fue un mercado de telas y paños.
  • Auzoan Hazi Hezi Bizi (crecer, educar y vivir en el barrio): en homenaje a padres y profesores.
  • La noche más corta: representa una noche de San Juan y está en el interior del Jardín de la Muralla, por lo que no se podrá ver si no es con visita guiada.
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Museos

Son numerosos los museos que hay en la ciudad. Nosotros no pudimos ir a ninguno por falta de tiempo, pero nos quedamos con ganas de ver el complejo BIBAT, que agrupa el Museo de Arqueología de Álava y el Museo Fournier de Naipe (este último entre los cinco mejores museos de naipes del mundo). También nos habría gustado conocer el Museo de los Faroles.

Parques

El gran número de parques de la ciudad es uno de los factores que contribuyen a su elevada calidad de vida, siendo una de las ciudades españolas donde mejor se vive. Destaca  el de la Florida, de principios del XIX.

Qué comer y dónde en Vitoria-Gasteiz

La gastronomía local es una de los motivos principales para visitar la ciudad: pintxos clásicos y otros más vanguardistas, así como recetas tradicionales, sin olvidar los vinos de la Rioja Alavesa y el txakoli de Álava. Los productos de temporada son esenciales: patatas, alubias pintas, habas, perretxikos (setas), queso Idiazábal…  Mención especial merecen los dulces, como la goxua y el pastel vasco, que ya habíamos probado en el País Vasco Francés, concretamente en Bayona.

En el casco antiguo existen varias rutas de pintxos y en la calle Cuchillería hay multitud de locales donde comer tanto de menú como de pintxos. También está el Mercado de Abastos, que tiene varios gastrobares en los que disfrutar de la enogastronomía local.

Nosotros pudimos comer de menú, con unas ricas alubias pintas y un lomo de merluza del Cantábrico con refrito tradicional y panaderas, con una rica goxua de postre.

Pero también tomamos varios pintxos, eligiendo algunos más elaborados como: maridaje de sardina ahumada, albóndigas de croqueta de rabo de toro, tataki de atún, carrilleras de ternera con puré de patata, canguro en salsa de Oporto, morcilla de Beasain con berza o copa de bacalao con espuma de patata… ¡A cada cual más delicioso! Para acompañar, un moscato espumoso y un txacoli.

gastronomía Vitoria-Gasteiz

Estamos deseando volver a Vitoria, una ciudad que nos encantó, para seguir descubriendo sus propuestas culinarias y conocer sus alrededores.

¡¡Hasta el próximo post!!