Situada a orillas del Mediterráneo, Tarragona es una ciudad con un colosal legado histórico, además de tener la segunda área industrial de Cataluña y uno de los puertos más importantes de España.

Sus orígenes se remontan a la época romana, quedando numerosos restos, aunque ya en el siglo V a. C. hubo un poblado ibérico. Tarraco obtuvo el título de colonia de manos de Julio César y en los siglos I y II fue capital de la provincia de la Hispania Citerior, la más grande del Imperio. Tras los romanos llegaron los visigodos en el siglo VI y los musulmanes en el siglo VIII, siendo parte del Emirato de Córdoba. En el siglo XII, la ciudad pasó a la Corona de Aragón y en los siglos XIII y XIV tuvo lugar un gran crecimiento urbano, aunque en el siglo XV comenzó una crisis a causa de la peste negra. Desde el siglo XVI hasta el XIX, la ciudad será escenario de conflictos bélicos y ataques piratas, lo que llevó a la construcción de algunos fortines. En los siglos posteriores, los arzobispos impulsaron la recuperación de la ciudad pues también ostentaban cargos políticos.

Actualmente Tarragona es una ciudad dinámica que ha sabido potenciar las huellas de su pasado. De hecho, es Conjunto Histórico-Artístico desde 1966 y el conjunto romano obtuvo en el año 2000 la declaración de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Qué ver en Tarragona

Tarragona romana

La huella romana es el punto fuerte de la ciudad, estando gran parte de los monumentos en el casco antiguo aunque también hay otros en las afueras.

Los monumentos que se pueden ver en la ciudad son: muralla, foro provincial, foro local, circo, anfiteatro, teatro, museo y necrópolis paleocristiana, Tinglado 4 (Museo Arqueológico).

Los monumentos que se pueden ver en las afueras son: torre de los Escipiones, cantera de El Medol, villa de Els Munts, arco de Bera, conjunto monumental de Centcelles, acueducto de Les Ferreres o Puente del Diablo.

Lo contamos con más detalle en el artículo Qué ver en la Tarragona romana.

Tarragona

Tarragona medieval

El legado medieval de la ciudad se puede ver en su parte alta. Los monumentos más importantes son: muralla, Castillo del Rey, Plaza del Pallol, Plaza de la Catedral, Catedral de Santa Tecla, Antiguo Hospital de Santa Tecla, judería y Capilla de San Pablo.

Lo contamos con más detalle en el artículo Qué ver en la Tarragona medieval.

Tarragona modernista

La parte nueva de Tarragona presenta diversos edificios modernistas de principios del siglo XX, que en su mayoría se pueden conocer paseando por la popular Rambla Nova. El mayor legado fue realizado por Josep María Pujol de Barberá, arquitecto municipal, y Josep Maria Jujol, discípulo de Gaudí, aunque también hay obras de otros arquitectos. La ruta tiene más de 30 edificios, pero no los vimos todos. Algunos de los que más nos gustaron son:

Casa Ximenis

Construida en 1914 por Josep Maria Jujol, destaca la decoración de su fachada y las barandillas de hierro anudado. Perteneció al doctor Ximenis, canónigo de la catedral.

Casa Salas

Vivienda del arquitecto Ramón Salas i Ricomà diseñada por él mismo en 1907. Tiene sillares almohadillados y una tribuna en la esquina de la primera planta.

Casa Bofarull

Construida en 1920 por 1920 Josep Maria Pujol para las hermanas Dolores y Josefa Bofarull. Tiene finas franjas verticales que cuelgan de círculos y decoración vegetal en las barandillas de hierro.

Casa Francesc Icart o Casa Boxó

Construida en 1923 por Josep María Pujol de Barberá, destacan los balcones de hierro forjado con motivos florales.

Edificio de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación

Diseñado por Antoni Pujol Sevil en 1929. Es muy llamativa su torre con cúpula y la decoración de animales fantásticos.

Matadero

Construido entre 1899 y 1901 con piedra y ladrillo por Josep Maria Pujol de Barberá. Hoy en día es el rectorado de la Universidad Rovira i Virgili.

Barandillas del Balcón Mediterráneo

Situadas en el famoso mirador al final de la Rambla Nova, fueron diseñadas por Ramón Salas en 1889 para sustituir el antiguo muro que existía.

Mercado Central

Construido en 1915 Josep Maria Pujol de Barberá. Su exterior se caracteriza por las rejas de las puertas de acceso y su interior por la estructura de hierro.

Reloj del Puerto

Diseñado en 1922 por el ingeniero Francisco García de Membrillera, servía  para indicar la hora de inicio y fin de la jornada laboral de los trabajadores del puerto. Está sostenido por cuatro columnas jónicas.

Otros lugares de interés

Rambla Nova

Amplia avenida que divide la ciudad en dos, el casco antiguo o parte alta y la parte baja. Tiene 1 kilómetro de longitud y 45 metros de ancho, con un gran paseo central. Cuenta con varios edificios modernistas y termina en el Balcón del Mediterráneo, un mirador que ofrece unas preciosas vistas del mar especialmente si es de noche.

También hay muchos bares y restaurantes donde encontrar cocina mediterránea y de todo tipo en general.

En la Rambla encontramos, entre otros, el Monumento a los Castellers, integrantes de las vistosas torres humanas que se alzan en las fiestas de ciudades y pueblos catalanes desde los siglos XVIII – XIX.

Barrio de El Serrallo

Este tradicional barrio de pescadores, construido a finales del siglo XVIII en la parte baja de la ciudad, es perfecto para pasear junto al mar y deleitarse con la gastronomía marinera, de la que es todo un referente. Destacan la iglesia de San Pedro, del siglo XIX, y el puerto.

Museo del Puerto

Este museo muestra la historia del puerto de Tarragona, que fue uno de los más importantes del Imperio Romano, hasta nuestros días a través de diferentes tipos de embarcaciones, oficios tradicionales, señales marítimas…

Playas

Hay varias playas en la ciudad y sus cercanías. Nosotros fuimos a la del Milagro, a la que llegamos por una pasarela peatonal próxima al Balcón del Mediterráneo. La playa tiene cerca de 1 kilómetro de longitud y va desde el Fortín de la Reina hasta el barrio del El Serrallo.

Gastronomía

La cocina de Tarragona es el reflejo de la relevante actividad del puerto pesquero de la ciudad. Los pescados y mariscos frescos son ingredientes de buena parte de las recetas, así como hortalizas de la huerta y el arroz del Delta del Ebro.

El plato más típico es la cazuela de romesco,  un guiso de pescado con la salsa romesco elaborada principalmente con tomate, pimiento, cebolla, almendras, avellanas y aceite de oliva.

También se toma paella marinera, arroz negro, arroz con galeras, pescado a la plancha, arrossejat,  fideus rossejats… Los amantes de la cocina marinera estamos de enhorabuena en Tarragona y acudiremos al barrio de El Serrallo.

En el casco antiguo se pueden encontrar más platos de carne, así como en las afueras de la ciudad. Cerca del Acueducto de Ferreres pudimos tomar ensalada catalana, escudella, longaniza y churrasco a la brasa.

Cómo llegar a Tarragona

En coche es la respuesta más fácil, pero nosotros preferimos ir cómodamente en tren de alta velocidad. El tren llega a la estación Camp de Tarragona, a unos 8 kilómetros al norte de la ciudad.  Desde allí salen diversos autobuses al centro, al aeropuerto de Reus y a lugares más turísticos como Port Aventura, Salou y Cambrils.

El autobús de la ciudad es la línea 86 de la empresa Plana y tarda unos 20 minutos en llegar a la estación de autobuses por un precio de unos 2,50 euros.

Alrededores de Tarragona

Desde Tarragona se pueden hacer algunas visitas para pasar el día a localidades cercanas. Nosotros fuimos Reus en Cercanías un día y a Tortosa en tren regional otro día. Si se dispone de coche, se puede ir al bonito pueblo medieval de Montblanc o tal vez al Delta del Ebro. Nosotros alquilamos un coche un par de días y fuimos a conocer Peñíscola, en la vecina provincia de Castellón.

Recomendamos encarecidamente la visita a la ciudad de Tarragona, no suele ser considerada como una ciudad muy turística y a nosotros nos dejó fascinados.

¡¡Hasta el próximo post!!

Rebeca Gavilán Yela
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