Mauricio es una pequeña isla situada en el suroeste del océano Índico, en el archipiélago de las Mascareñas. Más allá de sus playas y sus lujosos hoteles, es una isla cargada de historia y de naturaleza que, además, tiene un clima cálido que la hace ideal para visitar en cualquier época del año.
Su tamaño es similar al de Tenerife; en los 7 días que estuvimos nosotros, no tuvimos tiempo suficiente para conocer todas sus posibilidades. Aun así, os podemos dar algunas recomendaciones para conocer la isla. Eso sí… habrá que salir del hotel con todo incluido y alquilar un coche, sin olvidar que se conduce por la izquierda.
Un poco de historia…
Aunque ya fue habitada por árabes y malayos, la isla fue oficialmente descubierta por el portugués Pedro de Mascarenhas a principios del siglo XVI y posteriormente ocupada por los holandeses, que fueron los primeros que se establecieron en ella y que introdujeron el cultivo de la caña de azúcar, uno de los principales pilares de la economía mauriciana desde entonces.
Más tarde, en el siglo XVIII, la isla pasó a manos francesas por su cercanía con Reunión, convirtiéndose en un núcleo de población inmigrante que llegó procedente de China, India, Madagascar, Mozambique y el sureste asiático para trabajar en los campos de azúcar, siendo en la práctica más esclavos que trabajadores libres; este fue el origen de casi el 70% de la población actual de la isla.
A principios del siglo XIX, la isla fue tomada por los británicos, que abolieron la esclavitud a mediados del mismo siglo. Finalmente, Mauricio consiguió la independencia a mediados del siglo XX y actualmente es una república que atrae a más de un millón anual de turistas de múltiples nacionalidades.
¡Vamos a conocer Mauricio, la joya del Índico!
Qué ver en Mauricio
Geoparque de la Tierra de los Siete Colores
Es una de las imágenes más típicas de la isla y uno de sus espacios naturales más importantes. Es increíble poder admirar sus dunas de diferentes tonos de marrones, ocres e incluso violetas, debidos a los óxidos de hierro y aluminio.
También tiene un lugar con varias tortugas gigantes de una especie de tortuga terrestre, la más grande del mundo, originaria del archipiélago de las Seychelles. Y un mirador desde el que observar la cascada de Chamarel, la más alta de la isla con unos 100 metros de altura.
Cascadas
Además de la de Chamarel, hay varias más repartidas por la isla, aunque no pudimos verlas todas. Las que más nos gustaron fueron la de Rochester, flanqueada por impresionantes columnas basálticas, la de Exil y la llamada GRSE, esta última desde una lancha durante una excursión organizada.
También vimos, aunque desde lejos, las famosas 7 cascadas o cascadas de Tamarin, que se pueden recorrer en una ruta a la que hay que dedicarle casi un día por completo.
Jardín botánico de Pamplemousses
Precioso jardín de 33 hectáreas con numerosas especies de flora, tanto nativas como de todo el mundo, y fauna. Se trata de uno de los jardines botánicos más antiguos del hemisferio sur, ya que su creación se remonta al siglo XVIII, durante la época de ocupación francesa de la isla.
Es famoso por la Victoria amazonica o lirio de agua gigante, especie original del río Amazonas que tiene unas grandes hojas verdes que flotan en la superficie del agua; sus flores son blancas el primer día que se abren y se vuelven rosas la segunda noche.
Su floración ocurre en verano, así que no pudimos verla porque cuando fuimos en octubre estaba terminando el invierno.
En cuanto a fauna, hay un rincón animal con venados y una especie de tortuga terrestre, la más grande del mundo, originaria del archipiélago de las Seychelles.
Templos hindúes
La mitad de la población practica el hinduismo, así que se pueden ver coloridos templos hindúes al igual que en la vecina Reunión. Parecidos pero diferentes, están repletos de múltiples figurillas de dioses y colores que hacen observar con asombro cada uno de sus detalles. Dispersos por las grandes y también pequeñas poblaciones de la isla, sería imposible verlos todos. Nosotros pudimos entrar en uno que encontramos, Sri Draupadi Amman Kovil Pavillion, y verlo por completo.
También está el famoso lago Ganga Talao o Grand Bassin es un gran lugar de peregrinación hindú dedicado al dios Shiva. Llaman la atención sus dos estatuas de grandes dimensiones.
Salinas
En el pueblo de Tamarin, al suroeste de la isla, están las salinas de Yemen-Tamarin. Son las más antiguas de Mauricio, pues datan de la ocupación francesa, cuando la sal era de gran importancia para la conservación de la carne a bordo de los barcos. Desde entonces, se ha mantenido la misma forma de trabajo artesanal en sus cuencas de piedra volcánica.
Un cráter volcánico
Trou-aux-Cerfs es el cráter más grande de la isla, vestigio de su origen volcánico. Se considera un volcán dormido y esta rodeado de vegetación. Tiene una altura de más de 600 metros.
Iglesia Notre Dame Auxiliatrice
Al norte de la isla, en Cap Malheureux, encontramos esta pequeña iglesia con tejado rojo al borde el mar. Es una de las imágenes más conocidas de Mauricio.
La capital
Fundada por el gobernador francés François Mahé de Labourdonnais en 1735, hoy día Port Louis es la capital y el principal puerto de Mauricio. Y tiene un montón de cosas para ver, como el mercado central, el barrio chino, la mezquita Jummah, la Plaza de Armas, el Museo de Historia Natural, el parque Jardín de la Compañía, la Ciudadela o Fuerte Adelaida, la Catedral de San Luis, el moderno centro comercial Cauden Waterfront…
Lo más interesante, Aapravasi Ghat, un conjunto con los restos de los edificios a los que llegó la mano de obra inmigrante para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar durante los siglos XIX y primer cuarto del XX; desde el año 2006 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su gran importancia en la historia social de Mauricio.
Museos
Repartidos por la isla también podemos encontrar varios museos, como el museo del Azúcar en Pamplemousses, la ronería de Chamarel o los museos de la ruta del té. Especial importancia tienen el museo de Mahebourg, sobre la historia de la isla, el museo y cementerio judíos de Gros Cailloux, sobre refugiados judíos en la isla, y el museo Frederik Hendrik con el sitio histórico de Vieux Grand Port, sobre la ocupación holandesa.
Qué hacer en Mauricio en 7días
Bañarse en la playa
Como no podía ser de otra forma, en Mauricio hay playas paradisiacas. Más agrestes y ventosas al sur, más tranquilas y soleadas en el norte. Ponemos como ejemplos Gris Gris, Flic en Flac, Trou-aux- Biches, Belle Mare o Le Morne.
Nos gustó mucho La Preneuse, ya que tenía una de las torres Martello que hay repartidas por la isla, que se construyeron en la época británica y tuvieron carácter defensivo.
Visitar una plantación de té
Hay varias que se pueden visitar en la ruta del té. Nosotros estuvimos en la de Bois Chéri, que es la más importante de la isla. Aunque no pudimos entrar en la fábrica porque estaba cerrada al ir por la tarde, sí vimos un pequeño pero interesante museo del té.
Allí se explican muchas cosas sobre el té, como sus orígenes en China, su historia, sus propiedades… y algunas curiosidades, como el uso de las bolsitas que hoy conocemos o por qué se añade leche y azúcar. Lo mejor de todo, una degustación de diferentes tipos de té al final de la visita: vainilla, caramelo, cardamomo o incluso frutas exóticas. ¡Un paraíso para los amantes del té!
Hacer excursiones a islas cercanas
Hay algunas pequeñas islas en los alrededores de Mauricio a las que ir a pasar el día. Nosotros fuimos a la famosa Ile aux Cerfs, para disfrutar de sus largas playas de arena blanca.
También fuimos a Ile aux Aigrettes, una reserva natural con especies de flora y fauna endémicas, como rara paloma rosa o el cernícalo de Mauricio.
Saborear la gastronomía
La cocina mauriciana tiene dos claras influencias, china e india, que comparten un mismo ingrediente, ya sea como protagonista o como guarnición: el arroz. Algunas muestras de la gastronomía china son el bol renversé y el mine frit, con arroz el primero y tallarines chinos el segundo, y el chop suey, este último también conocido en Europa.
En cuanto a la gastronomía india, mucho más especiada, destacan el rougaille, un guiso de carne o pescado preparado con una variedad local de tomate llamado manzana de amor y el vindaye, que consiste en carne o pescado marinados con especias.
También hay comida callejera entre la que destacan las samoussas, muy extendidas también en otros países de África, como vimos en Reunión, y sur de Asia; son hojaldres triangulares con diferentes rellenos como carne, pescado, marisco, queso… y los rottis, tortas harina de trigo rellenas de vegetales y curry.
Esperamos que este breve resumen haya servido para dar una idea de lo variada que resulta una isla tan asociada exclusivamente al turismo de playa.
También os recomendamos visitar Reunión, que solo está a 45 minutos de vuelo:
Qué ver y hacer en Isla Reunión
¡¡Hasta el próximo post!!