El Puerto de la Cruz es una bonita ciudad del litoral norte tinerfeño, cuyos orígenes se remontan a los siglos XVI y XVII, tras la época de los antiguos aborígenes guanches. Fue en esos años cuando un pequeño poblado de pescadores comenzó a adquirir una creciente importancia para dar salida a los productos agrícolas del valle de La Orotava, como vino y plátanos. Más tarde, a finales del siglo XIX y principios del XX se convirtió en exclusivo lugar de descanso para turistas extranjeros, que hoy en día siguen fieles a este destino.
Pero el Puerto de la Cruz es mucho más que un lugar de playa y turismo. Es un lugar para descubrir, con sus casas de estilo colonial y típicos balcones, sus calles coloridas, sus fortines… No en vano, su conjunto histórico fue declarado Bien de Interés Cultural en 2006.
¡Vamos a conocerlo!
Qué ver en el Puerto de la Cruz
Ermita de San Telmo
Pequeño templo situado en el agradable Paseo de San Telmo. Data de finales del siglo XVIII y está dedicada al patrón de los marineros, el padre dominico Pedro González Telmo.
Playa de San Telmo
A los pies de la ermita está esta pequeña playa, en la que se forman pequeñas piscinas naturales rocosas cuando baja la marea, por lo que es una de las zonas de baño más frecuentadas de la ciudad. Sobre ella hay una terraza artificial desde que nos pasamos un buen rato viendo romper las olas.
Siguiendo el Paseo de San Telmo, lleno de tiendas y restaurantes, se llega al mirador Punta del Viento, desde el que se tienen unas bonitas vistas.
Plaza de Europa
Aunque fue construida a finales del siglo XX, esta bonita plaza sobre el mar, tiene aspecto fortificado y seis cañones de los siglos XVIII y XIX.
En ella están el Ayuntamiento, la pequeña ermita de las Lonjas y la Casa Miranda. Esta última data del siglo XVIII, y fue residencia de esta familia; es un bonito ejemplo de arquitectura canaria.
Batería de Santa Bárbara
En uno de los extremos de la plaza de Europa está esta fortificación del siglo XVIII, una de las cuatro que se levantaron como defensa ante los ataques de piratas europeos y africanos: el Castillo de San Felipe, el fortín de San Telmo y la batería de San Carlos; las dos últimas ya no se conservan.
La batería de Santa Bárbara defendía el Puerto Nuevo, con una torre vigía que da al mar.
Playa del Muelle
Esta pequeña playa fue antiguamente embarcadero. A principios del siglo XX se construyó uno nuevo, llamado El Penitente; cuenta una leyenda que un pirata enamorado de una doncella acudía a verla allí cubierto con una túnica a modo de fraile para no ser reconocido…
Aquí se encuentra el famoso monumento a la pescadora, una estatua inaugurada en 2008 y que se ha convertido en una de las imágenes de la ciudad.
Casa de la Real Aduana
Edificio del siglo XVII mandado construir por la familia Franchy. Su finalidad era vigilar el cumplimiento de las leyes de tránsito. Posteriormente tuvo usos diversos, siendo actualmente una residencia de propiedad privada.
En una de las paredes del edificio se puede ver una cruz llamada La Carola, que es la más antigua de la ciudad y le da su nombre.
Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia
Situada en la plaza de la Iglesia, fue construida en el siglo XVII sobre el solar de una ermita anterior, gracias a donaciones populares. La torre es posterior, del siglo XVIII y de estilo neogótico.
En el interior hay un bonito techo de artesonado mudéjar y un retablo mayor de estilo barroco con la imagen de la Virgen de la Peña de Francia.
Iglesia de San Francisco y ermita de San Juan
La ermita es anterior a la iglesia, de principios del siglo XVII, y en el siglo XVIII quedó integrada en la iglesia, que es la única parte que queda de un antiguo convento franciscano; en su lugar está ahora el auditorio municipal.
La iglesia guarda en su interior varias obras de arte entre retablos, imágenes y cuadros. Por ello ha sido declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.
Plaza del Charco
Esta popular plaza es el corazón de la ciudad, punto de encuentro desde el siglo XVIII, con multitud de palmeras, laureles de indias y una ñamera en el centro. Su nombre original fue plaza del charco de los camarones, porque se encharcaba con agua del mar a causa de las olas y la gente cogía los camarones que allí quedaban.
Barrio de la Ranilla
Este antiguo barrio de pescadores, que va desde la Plaza del Charco hasta el Peñón del Fraile, es uno de los lugares más tradicionales de la ciudad, verdaderamente imprescindible. En sus calles podemos encontrar pintorescas casas de colores y gran variedad de tiendas y restaurantes. Calles como El Lomo, La Peñita, Mequínez, la plaza de Benito Pérez Galdós (La Placeta)… nosotros paseamos por todas ellas y nos encantaron.
Hoy en día, el barrio es una zona vanguardista del Puerto de la Cruz en la que se puede hacer una de esas rutas de arte callejero que tanto nos gustan: Puerto Street Art. Se trata de un museo al aire libre compuesto por un total de 17 pinturas murales de diversos estilos realizadas por artistas nacionales e internacionales.
Nosotros vimos algunas de las más retratadas, como La Macaronesia, El niño de las pinturas o Sin Título.
Peñón del Fraile
Se trata de una gran roca volcánica que se originó por diversas erupciones que tuvieron lugar en el valle de La Orotava durante el siglo XV. Debe su nombre a que allí acudía a rezar el fraile Juan de Jesús a principios del siglo XVIII. Sobre esta roca hay un templete que es uno de los símbolos de la ciudad.
Castillo de San Felipe
Es otra de las fortificaciones defensivas de la ciudad. Data del siglo XVII y fue construida por orden de Felipe IV, cuyo escudo está sobre la puerta de acceso. Tiene planta pentagonal y una torre vigía que da al mar, al igual que en la de Santa Bárbara; antiguamente contaba con foso y puente levadizo. Es Monumento Histórico Artístico desde 1949 y en la actualidad se utiliza para actividades culturales, como exposiciones y conciertos.
Lago Martiánez
Se trata de un complejo de ocio formado por varias piscinas y un gran lago, todos de agua salada, y rodeados de bonitas palmeras y al borde del océano. También hay varias obras de César Manrique, gran artista que dejó gran parte de su legado en la isla de Lanzarote.
Otros lugares de interés
- Arquitectura tradicional canaria: Casa Iriarte, Casa Álvarez Rixo, Torreón Ventoso , Hotel Marquesa, Hotel Metropol…
- Ermita de San Amaro del siglo XVI.
- Hornos de cal del siglo XIX.
- Museos: Museo Arqueológico Municipal, Museo del Pescador y MACEW – Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl.
- Zonas verdes: Parque Taoro y Jardín Botánico, creado por orden de Carlos III.
¡Nos encantó descubrir el Puerto de la Cruz! Muy cerca está La Orotava, una de las villas más bonitas de la isla de Tenerife.
¡¡Hasta el próximo post!!