La localidad pacense de Alburquerque está situada en la sierra de San Pedro, muy cerca de la frontera con Portugal y a unos 45 kilómetros al norte de Badajoz capital. Sus orígenes se remontan a la prehistoria, como así lo demuestran los restos arqueológicos encontrados. La villa fue llamada Alba Querqus por los romanos y Abu al Qurq por los árabes, en referencia a la abundancia de alcornoque. Posteriormente, su historia ha estado ligada a numerosas luchas, primero entre moros y cristianos y después aquellas que demandaban su pertenencia a Portugal.

Declarada Conjunto Histórico-Artístico desde 1998, es una villa con varios lugares para conocer, además de un sorprendente y bien conservado castillo.

Qué ver en Alburquerque en un día

Muralla

Levantada en el siglo XIII, partía del castillo. Tenía varias torres, de las cuales se conservan algunas en nuestros días, como la Torre del Reloj.

Alburquerque

Se puede ver un amplio tramo de la muralla en su parte suroeste, comprendida entre el castillo y la puerta de Valencia, en la calle Cárcel. Incluso hay escaleras y se puede caminar por el adarve.

La muralla también cuenta con dos puertas de acceso al casco histórico: la puerta de la Villa o puerta de Belén y la puerta de Valencia.

La puerta de la Villa era el acceso principal al recinto amurallado. En su parte intramuros, tiene una capilla abierta a modo de balcón.

La puerta de Valencia está flanqueada por dos torres cilíndricas de 13 metros de altura cada una. Debe su nombre a que de ella partía el camino que iba a Valencia de Alcántara. Tenía carácter defensivo, pues desde su parte superior se arrojaban objetos y aceite hirviendo.

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Barrio medieval Villa Adentro

Se trata del barrio gótico-judío que se encontraba rodeado por la muralla, también conocido como Barrio de la Teta Negra. Se entra por la puerta de la Villa y se continúa todo recto por la calle Derecha, que atraviesa el barrio y llega hasta la puerta de Valencia.

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A lo largo de toda la calle se pueden observar casas tradicionales con bonitas puertas de arcos ojivales. En muchas de ellas existen los mezuzá, o huecos para poner pergaminos para rezos con versículos de la Torá.

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Hacia la mitad de la calle está una antigua sinagoga con dos puertas ojivales también, por la grande entraban los hombres y por la pequeña las mujeres.

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Castillo de Luna

Sin duda, el monumento estrella de la villa y uno de los más importantes de toda la frontera hispano-portuguesa. Se construyó en el siglo XIII sobre un cerro, como todos los castillos con finalidad defensiva. Debe su nombre a Álvaro de Luna, Maestre de la Orden de Santiago, quien mandó construir la torre del homenaje con 5 pisos de altura.

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Más adelante, Beltrán de la Cueva, primer duque de Alburquerque, mandó añadir varias estancias palaciegas y una torre pentagonal almenada, llamada Torre de los Locos, que queda unida con la torre del homenaje a través de un puente con un solo arco ojival.

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En el patio de armas encontramos varios elementos interesantes, como un cañón encontrado en la puerta de Valencia y una piedra en la que fue decapitado Pedro Ponce de León, que fue mayordomo de la villa.

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También en el patio está la sencilla iglesia románica de Santa María del Casillo, del siglo XIII.

Además, se pueden conocer varias de las estancias interiores del castillo, como la cocina con forma piramidal, las mazmorras o el comedor, que oculta una sala en la que se encontraban Pedro I de Portugal e Inés de Castro.

El castillo es Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, y la única forma de conocerlo es mediante una estupenda visita guiada y ¡¡gratuita!!

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Iglesia de Santa María del Mercado

Construida en el siglo XV, es de estilo gótico-mudéjar con otros elementos añadidos. Debe su nombre a que está situada en una plaza en la que antiguamente tenía lugar el mercado. En nuestra visita la encontramos cerrada, aunque en la puerta figuraba un teléfono al que llamar para la visita al interior. El exterior de la iglesia es sencillo, pero en uno de sus laterales, encontramos varias tumbas antropomórficas excavadas en la roca del suelo.

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Iglesia parroquial de San Mateo

Se encuentra justo enfrente de la puerta de la Villa y, por tanto, fuera del recinto amurallado. Fue construida en los siglos XVI y XVII en el lugar donde anteriormente hubo una ermita con el mismo nombre en la que, durante la Edad Media, se enterraba a los cristianos fallecidos Villa Adentro.

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Otros

Más alejados del barrio medieval están la Iglesia de San Francisco y el Convento de la Madre de Dios.

Pinturas rupestres Risco de San Blas

En las afueras están los abrigos del Risco de San Blas, que tienen  pintura rupestre esquemática de la Edad del Bronce. Se accede a ellos a través de una escalera metálica tras pasar por una puerta que encontramos cerrada, así que no pudimos ver las pinturas, solo una pequeña muestra desde fuera que intuimos correspondía a alguna figura, en color rojizo…

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Alrededores

Cuando estuvimos en Alburquerque, aprovechamos para pasar a Portugal, que siempre nos encanta, y conocimos dos pueblos que merecen mucho la pena del siempre cautivador Alentejo: Campo Maior y Arronches. Podéis consultar lo que vimos en ambos:

Qué ver en Campo Maior y Arronches

¿Ya sabes qué ver en Alburquerque en un día? Así concluimos nuestra visita a otra de las poco conocidas pero sorprendentes localidades repartidas por la provincia de Badajoz, como Jerez de los Caballeros, Zafra, Medellín y la increíble Olivenza.

¡¡Hasta el próximo post!!