En nuestra ruta de 15 días por Galicia aprovechamos para visitar varias poblaciones y lugares de naturaleza de la provincia de Pontevedra. Uno de ellos fue A Guarda, donde realizamos una ruta de cetáreas. Pero, ¿sabes qué son las cetáreas?

Se trata de construcciones en la costa rocosa que el pasado se utilizaron para la cría y comercialización de mariscos y moluscos como langostas y bogavantes. Galicia es conocida por su rica tradición marisquera y por tener una costa favorable para la cría de estas especies.

Estas construcciones fueron fundamentales en la economía local, contribuyendo a la producción y exportación de mariscos de alta calidad y dando a la localidad el sobrenombre de “la capital de la langosta”.

Aunque dejaron de utilizarse en torno a 1970, poder ver las estructuras que se diseñaron es muy interesante. Además, en la ruta que hicimos se pueden ver otras curiosidades y miradores en la costa.

¿Nos acompañas en este recorrido?

Antes de explicar los puntos que vimos, aclaramos que, normalmente, la ruta, que tiene 4 kilómetros de ida, consta de 4 cetáreas y se hace de sur a norte en el siguiente orden: A Grelo, Portiño, Redonda y Altiña. Nosotros cambiamos el orden porque había un par de lugares que queríamos conocer más al sur de A Grelo.

Iniciamos la ruta en el puerto de A Guarda, en concreto desde el Museo del Mar que se encuentra cerca del espigón del puerto. Este museo es fácil de identificar ya que tiene forma circular, es una réplica de una antigua atalaya levantada por los portugueses en 1665.

Cetáreas de A Guarda

Desde el museo parte un camino en el que se recorre unos 400 metros por la costa hacia el norte para encontrar la cetárea Portiño. Es una estructura pentagonal, aunque la única forma apreciarlo es desde el aire; a simple vista parece de forma redonda. Está rodeada por un muro de cuantos metros de altura.

Cetáreas de A Guarda

Para visitar la siguiente cetárea, bien se puede seguir por el camino de la costa, que además es parte del Camino de Santiago Portugués, recorriendo unos 2,7 kilómetros o bien se puede ir en coche desde A Guarda hasta el desvío que lleva al mirador de Aty siguiendo el camino de tierra hasta la costa; a pocos metros está la Cetárea Redonda.

Cetáreas de A Guarda

Como su nombre indica, su forma es redonda con un muro construido entre las rocas con una altura de unos cuantos metros. Desde el aire se puede ver perfectamente la forma de la misma.

Cetáreas de A Guarda

En el interior de la estructura se pueden apreciar unas cavidades para que los mariscos puedan crecer hasta llegar al tamaño adecuado para comercializarlo. Para tener una idea, en 1978 el precio por kilo de la langosta era de 1850 pesetas, es decir, unos 11 euros; hoy en día el kilo de langosta puede estar en 120 euros.

Cetáreas de A Guarda

Para ver mejor la forma de esta cetárea, aquí dejamos este vídeo de dron desde el aire:

A tanto solo 2 minutos caminando encontramos otra cetárea. Se trata de Altiña, que tiene forma rectangular con cavidades cuadradas y está más a nivel del mar por lo que era utilizada para la cría de mejillones y otros tipos de moluscos.

Cetáreas de A Guarda

Como curiosidad, en los tiempos que utilizaban las cetáreas, los mariscos que salían de ellas viajaban cientos de kilómetros por tierra para llegar a los mejores restaurantes y la forma de mantenerlos frescos era cubriéndolos con helechos y hielo.

Para visitar la cuarta y última cetárea de nuestra ruta, volvimos al puerto de A Guarda y tomamos el paseo marítimo o avenida Fernández hacia el sur recorriendo 1,6 kilómetros hasta encontrar la cetárea A Grelo. Se trata de una estructura rectangular que está dividida en varias secciones para poder tener diferentes tipos de mariscos.

Si seguimos caminando desde A Grelo unos 1,5 kilómetros, encontramos los restos de lo que fueron unas antiguas salinas romanas. Se construyeron en la primera mitad del siglo I, coincidiendo con la ocupación del castro de Santa Tecla, y habrían formado parte de uno de los mayores complejos de explotación de sal marina de todo el Imperio Romano, extendiéndose junto con otras salinas a lo largo de la costa atlántica.

Cetáreas de A Guarda

Desde las salinas, caminamos otros 1,6 kilómetros para llegar hasta O Puntal, que es el punto más al sur de la provincia de Pontevedra antes de pasar a Portugal. La frontera natural que tiene la provincia con Portugal es el río Miño y en este punto es la desembocadura del río al mar y desde ese punto se puede ver el Fuerte de Ínsua, que se encuentra en una pequeña isla ya perteneciente al país vecino.

Aquí dejamos este mapa con las diferentes cetáreas y puntos que visitamos:

Un consejo para realizar la ruta: hacerlo con marea baja para poder ver las estructuras completas de las cetáreas, ya que con marea alta, quedarán cubiertas por el agua.

Además de hacer esta ruta se pueden hacer otras visitas:

Castro de Santa Tecla

Ruta de los molinos de Folón y Picón

Recorrido urbano por A Guarda

¡¡Hasta el próximo post!!