La estación de Chamberí es un espacio museístico integrado en Andén 0, conjunto de museos suburbanos de Metro de Madrid del que también forman parte la Nave de Motores, los restos de Caños del Peral en la estación de Ópera, el antiguo vestíbulo de Pacífico, los vagones antiguos de Chamartín y los restos paleontológicos de Carpetana.

Visita a la estación de Chamberí

Un poco de historia

Esta estación fue diseñada por el gran arquitecto y urbanista gallego Antonio Palacios en 1919, con criterios de funcionalidad, sencillez y economía. Formaba parte de la que fue la primera línea de metro de España, inaugurada por el rey Alfonso XIII el 17 de octubre de ese año. El trayecto de la línea iba desde el poblado barrio obrero de Cuatro Caminos hasta la Puerta del Sol, con ocho estaciones y unos 3,5 kilómetros de recorrido.

La estación estuvo en funcionamiento hasta  el 22 de mayo de 1966, siendo clausurada porque en la década de los 60, la Compañía Metropolitana decidió aumentar la longitud de los trenes de la línea debido al incremento de viajeros, y esta no se pudo alargar por ser curva y estar muy cerca de las paradas anterior y posterior. Se encuentra en la línea 1, entre las estaciones de Iglesia y Bilbao, igual que en 1919.

Vinieron entonces décadas de abandono, siendo una estación “fantasma”, en la que pasaban la noche las personas que no tenían otro lugar para cobijarse; llegaban caminando por las vías tras el paso del último tren de la noche y se iban de igual forma antes del comienzo del servicio al día siguiente. Durante el invierno, con el frío, a veces estas personas ya no salían a la calle, con lo que los viajeros que iban en los trenes durante el día, veían sombras que se comenzaron a relacionar con la Guerra Civil, ya que en esa época, la estación fue refugio antiaéreo, al igual que el resto de la red de metro. Parece ser que incluso de grabaron psicofonías…

En 2006 se iniciaron las obras de restauración de la estación, y se abrió como museo el 25 de marzo de 2008, conservando todos sus elementos originales.

Vestíbulo

Para acceder al vestíbulo, se baja directamente desde la calle por una escalera, también hay un ascensor para personas con necesidad.

estación de Chamberí

En el vestíbulo están la taquilla y los tornos de acceso de la época. También hay un mural explicativo con la historia del metro; en él se aprenden datos muy interesantes, como que la Compañía Metropolitana fue, junto con Telefónica, una de las pocas empresas que comenzó a contratar mujeres, que hacían función de taquilleras.

En la taquilla incluso hay carteles informando de las tarifas vigentes en la época del cierre de la estación.

estación de Chamberí

En todas las estaciones se utilizaban azulejos blancos biselados y brillantes para evitar la posible claustrofobia de los viajeros, con otros en color para recubrir bóvedas y paredes. Las paredes de escaleras y andenes servían como soporte publicitario y constituían una importante fuente de ingresos para el Metropolitano.

Andén

El andén es un espacio de espera, la gente tiene que entretenerse mientras espera el tren, y se entretiene con los anuncios; se han conservado nueve y, donde no se han conservado, se han puesto proyecciones.

estación de Chamberí

Estos anuncios están situados en lugares estratégicos, como los vomitorios de entrada y de salida. Todos ellos están realzados con cenefas de azulejos de color verde, procedentes de Triana, enmarcándolos con un relieve de ochos y un cordoncillo en color cobrizo con un brillo metálico según una técnica musulmana.

estación de Chamberí

Los anuncios cuentan historias, son pequeñas obras de arte muy costosas que se realizan a propósito para el lugar en el que se van a mostrar; su fabricación es costosa, por lo que pocas empresas se la pueden permitir, así que están firmados por el taller que los realiza. La publicidad en aquellos años ya exageraba los productos, como se puede ver en el anuncio de la lámpara Philips: se ve a una mujer deslumbrada por la potente luz que irradiaba una bombilla de… ½ vatio, que viene a ser como la luz que da una vela de cumpleaños.

estación de Chamberí

En algún anuncio, como el de cementos Portland, se puede apreciar un gran escudo. Los escudos eran elementos de prestigio que tenían algunas grandes empresas, procedentes de algún miembro de la dirección, o bien utilizaban el de las familias a las que suministraban. Los números de teléfono que aparecen son los de las centralitas antiguas con operadoras. Estos cementos fueron utilizados para las obras de construcción del metro en 1917; se emplearon materiales nacionales por estar bloqueado todo el comercio a consecuencia de la I Guerra Mundial.

estación de Chamberí

Hay otros anuncios, como de El Trust Joyero Internacional, el de Almacenes Rodríguez, el de relojes Longines o el de café torrefacto La Estrella, algunas de estas marcas existentes en la actualidad. Nos llamó mucho la atención el de aguas minerales naturales de Carabaña, con una preciosa decoración en todo su contorno.

La característica más importante del metro era el suministro eléctrico, que iba por un foso situado en una tercera vía central. Este sistema era muy inseguro para los viajeros, ya que había muchas filtraciones que podían originar charcos, con el consecuente riesgo de cortocircuito; así que este sistema se sustituye por la catenaria volada, que era el que había en los tranvías.

Como curiosidad, esta estación fue utilizada en 1998, cuando aún estaba sin restaurar y ocupada por personas sin techo, por Fernando León de Aranoa  para algunas escenas de su película Barrio.

Cómo visitar la estación de Chamberí

El acceso no es libre, sino mediante visita guiada gratuita; antes podía hacerse sin cita, pero ahora hay que inscribirse previamente en la web www. museosmetromadrid.es

El punto de entrada está en la plaza de Chamberí, en la esquina de las calles Luchana y Santa Engracia.

Una visita muy original y super interesante, además en el centro de la ciudad.

¡¡Hasta el próximo post!!