Miranda do Douro  es una localidad portuguesa situada junto a la frontera española, en la región de Trás-os-Montes, al noreste del país.

Bañada por los ríos Duero y Fresno, estuvo habitada desde la antigüedad, los romanos la llamaron Seponcia y los árabes Mir-Andul. Su situación estratégica fue motivo de enfrentamientos con Castilla, por lo que el primer rey de Portugal, Don Afonso Henriques, mandó construir un castillo y murallas en el siglo XII. Dom João III le concedió el título de ciudad en el siglo XVI, lo que propició una etapa de desarrollo. Desde el siglo XVII, debido a diversas guerras, la ciudad perdió gran parte de su importancia.

Hoy en día, Miranda cuenta con un valioso patrimonio arquitectónico con una perfecta armonía entre el pasado y el presente. En Miranda se habla mirandés además de portugués; se trata de una lengua derivada del asturleonés que  fue reconocida como segunda lengua oficial de Portugal en 1999. Paseando por el pueblo se pueden ver las placas de las calles con los nombres en mirandés.

No es un destino muy conocido en España pero bien vale la pena una visita para conocerlo.

Qué ver en Miranda do Douro

Muralla prerrománica

Fue lo primero que vimos al llegar a Miranda, y nos impresionó ya que se conserva gran parte del trazado medieval. Nosotros entramos por donde estaba la antigua Puerta de San Antonio, situada al noreste, de la que hoy no queda nada. Destaca la llamada Puerta de la Traición flanqueada por dos torreones cúbicos (situada al oeste, al final de la Rua da Costanielha). Además, hay otras entradas más pequeñas: Puerta de la Virgen del Amparo, Puerta Falsa y Postigo.

Miranda do Douro

Castillo

A la derecha de lo que fue la Puerta de San Antonio se alzan los muros de la fortificación que mandó construir el rey Dionisio I, Dom Dinis, a finales del siglo XIII. Poco más ha llegado hasta nuestros días, pero se sabe que tuvo planta rectangular con una torre del homenaje situada en una de sus cuatro esquinas, junto con otras tres torres más bajas en las otras. En el centro del patio de armas había un pozo para coger agua del río Fresno.

El estado ruinoso actual se debe a los grandes desperfectos sufridos en 1762 durante la Guerra de los Siete Años:  las tropas españolas sitiaron la villa y, en el asalto, explotó el polvorín que había en el interior del castillo. contra los XXX, cuando estos dispararon sus cañones y uno de los proyectiles hizo estallar los más de 250 barriles de pólvora que había en el interior.

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Iglesia de la Misericordia

Fue construida en el siglo XVI como capilla de la Casa y Hospital de la Misericordia, fundados por el obispo Rodrigo de Carvalho unos años antes. En la fachada destacan el arco de medio punto manierista de la entrada, flanqueado por dos columnas toscanas con capiteles dóricos, así como las ventanas neoclásicas del siglo XVIII. En el interior destaca el retablo mayor.

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En la parte trasera de la iglesia se encuentra la pequeña puerta del Postigo.

Plaza de Dom João III

Se trata del equivalente a una plaza mayor. En ella encontramos varios elementos de interés:

  • Ayuntamiento o Cámara Municipal: en un edificio neoclásico del siglo XIX.
  • Solar de los Ordazes: edificio barroco de la segunda mitad del siglo XVIII que fue propiedad de la familia de los Ordazes, con gran poder en Miranda.
  • Museo de la Tierra de Miranda: ocupa un edificio que fue el primer ayuntamiento en el siglo XVI y después cárcel; destacan las dos grandes arcadas del piso inferior y el balcón superior con cinco columnas toscanas.
  • Monumento a la Capa de Honras: en el centro de la plaza hay dos figuras de bronce que representan un hombre y una mujer con los trajes típicos regionales; el hombre lleva la llamada Capa de Honras que utilizaban los mirandeses en las ceremonias.

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Concatedral (antigua Catedral)

Monumental templo de granito que fue mandado edificar por el rey Dom João III en tiempos de reorganización política y religiosa, a mediados del siglo XVI, en el lugar donde estaba la Iglesia de Santa Maria, del siglo XIV. Esto ocurrió al conceder el rey el título de ciudad y el Papa Pablo III el de sede episcopal.

En el exterior destacan sus dos grandes torres y el pórtico renacentista. En el interior, el retablo renacentista de San Bento en el altar mayor y el Menino Jesús de Cartolinha, en la capilla lateral derecha.

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A un lado de la Concatedral hay un mirador desde el que se tiene una espectacular vista del Duero y las paredes rocosas de los Arribes, que hacen de frontera natural entre Portugal y España.

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Palacio Episcopal

Está situado detrás de la Concatedral y se construyó a principios del siglo XVII para que pudieran vivir el él los primeros obispos de Miranda en vez de en el castillo. Tenía un bonito claustro central porticado, que es lo único que se conserva ya que sufrió varios incendios. En el pórtico renacentista de la entrada hay dos placas con los nombres de los obispos de Miranda.

Está rodeado por un jardín en el que se puede ver lo que parece fue un pozo, y una fuente.

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Iglesia del antiguo Convento de los Frailes Trinitarios

Esta pequeña iglesia pertenecía al Convento de los Frailes Trinitarios, fundado en el siglo XVIII y del que hoy nada queda. Tiene fachada barroca con el escudo de la Orden de la Santísima Trinidad y desde 1999 es la Biblioteca Municipal de Miranda.

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Antigua Alhóndiga

Fue construido en el siglo XV, aunque reformado siglos posteriores, por lo que tiene influencia de estilo manuelino en el arco de la entrada. Sirvió para almacenar y comerciar con grano y después como puesto de guardia y desde 2004 alberga la Casa de la Cultura Mirandesa.

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Capilla de la Santa Cruz

Construida en el siglo XVII, fue la iglesia de la Cofradía de Santa Cruz, que se encargaba de enterrar a los difuntos sin hogar. Fue reformada en el siglo XVIII, por lo que su fachada es de estilo neoclásico y la portada tiene un arco de medio punto coronado por un frontón triangular.

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Fuente de los Caños

Fuera del casco histórico encontramos esta fuente barroca de los siglos XVI y XVII. De ella parte el acueducto de Vilarinho, que se construyó a finales del siglo XVI para abastecer de agua a la creciente población de Miranda.

Qué hacer en Miranda do Douro

Además de todos estos monumentos, en Miranda se pueden hacer más cosas, como por ejemplo:

  • Recorrer las calles del casco antiguo y comprar un recuerdo en alguna de las encantadoras tiendecitas.
  • Degustar la posta mirandesa, un taco de carne de ternera mirandesa certificada. Nosotros lo probamos en Vimioso, pues en Miranda solo paramos unas horas de pasada. Tal vez te interese nuestro artículo

Gastronomía y alojamiento en Vimioso y alrededores

  • Navegar por los Arribes del Duero: el río es navegable en el tramo del Parque Natural, por lo que una actividad original es tomar uno de los barcos que parten del embarcadero de la Estación Biológica Internacional Duero.
  • Visitar otras localidades de la región, como Braganza o Vimioso. Tal vez te interese nuestro artículo

Qué ver y hacer en Vimioso y alrededores

Nos encantó Miranda do Douro. Ojalá podamos volver cuando sea verano para poder realizar alguno de los cruceros en barco.

¡¡Hasta el próximo post!!