Narbona es una localidad del sureste francés, perteneciente a la región de Occitania, relativamente cerca de la frontera española. Fundada por los romanos en el año 118 a.C. como Narbo Martius, en la actualidad se trata de una ciudad no muy grande, perfecta para conocer sin prisas paseando por sus calles, incluso en un día.

Narbona es ciudad episcopal junto con Albi y AvignonAquí te contamos los principales lugares para conocer en Narbona en un día. ¡Vamos a verlos!

Qué ver en Narbona en un día

Palais des Archevêques

El Palacio de los Arzobispos de Narbona es un conjunto monumental formado por el Palacio Viejo, el Palacio Nuevo, el torreón Gilles Aycelin, el Ayuntamiento y la Catedral de San Justo y San Pastor. Constituye el segundo conjunto arzobispal por detrás del de Avignon.

El Palacio Nuevo o Palais Neuf alberga el Museo de Arte e Historia de Narbona, al que se accede por el patio de la Magdalena y tras subir una escalera monumental. Nos gustaron especialmente una reproducción de la loba capitolina, regalo de Roma en el aniversario de los 2100 años de la fundación de Narbona; también unos mosaicos, el precioso techo de la gran galería, el hermoso conjunto de botes de loza de farmacia y una amplia colección de pintura orientalista de los siglos XIX y XX en dos maravillosas salas.

Narbona en un día

El museo se encuentra en la planta superior del Palacio de los Arzobispos, subiendo por la escalera principal; la visita cuesta 4 euros en 2019.

El palacio cuenta con el que fue el primer jardín ornamental de la ciudad, de principios del siglo XVIII. Se construyó sobre el antiguo foso de la muralla y a él se accede por el claustro de la catedral y también por la calle Gustave Fabre. En el centro hay un gran reloj de sol y, subiendo por una pasarela metálica, un banco gigante realizado por un artista contemporáneo.

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El Palacio Viejo o Palais Vieux lo encontramos cerrado debido al traslado de su colección de arqueológica.

Torreón Gilles Aycelin

El torreón de Gilles Aycelin fue construido entre los siglos XIII y XIV por el arzobispo del cual tomó su nombre. Tiene 41 metros de altura y, tras subir sus 160 escalones, se tienen unas bonitas vistas de la ciudad y en especial de la catedral.

Narbona en un día

La subida a la torre cuesta 6 euros en 2019.

Catedral Saint-Just et Saint-Pasteur

La catedral de San Justo y San Pastor impresiona por su envergadura, siendo una de las catedrales más altas de Francia. Es de estilo gótico radiante y fue construida entre los siglos XIII y XIV, aunque no está terminada. Tiene un bonito claustro, por el cual se puede salir directamente a la calle, al pasaje del áncora o Passage de l’Ancre, que desemboca en la plaza del Ayuntamiento. Desde él se puede ver el campanario de Théodard, obispo de la ciudad.

Narbona en un día

En el interior hay un órgano, varias capillas, tumbas de arzobispos y vidrieras de los siglos XIV y XV. Pero, sobre todo, llama la atención un precioso retablo del siglo XIV en piedra policromada en la capilla de Nuestra Señora de Belén.

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Subiendo por una escalera de caracol está la sala del Tesoro, en la que se exhibe una colección de objetos litúrgicos y tapices; destaca La creación, un tapiz flamenco del siglo XV, tejido en seda y oro. Además, en la sala se da un curioso fenómeno acústico según el cual, una persona situada frente a la pared en una esquina puede oír lo que diga en voz baja otra situada en la esquina contraria; esto ocurre porque el sonido se transmite a través de la bóveda.

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Este fenómeno también se da en otros lugares, como por ejemplo el Arco de los Susurros de Bolonia.

La visita a la catedral es gratuita, la sala del Tesoro tiene un coste de 4 euros en 2019.

Canal de la Robine

Su nombre proviene del occitano roubine, que significa canal. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996, tiene 32 kilómetros de longitud y comunica el río Aude con el mar Mediterráneo. Se une al canal du Midi, que pasa por Toulouse y Carcassonne, a través del canal de Jonction. Discurre por un tramo del antiguo cauce del río Aude, que cambió su rumbo tras una serie de crecidas en el siglo XIV. Se puede dar un agradable paseo por sus orillas acondicionadas para los peatones, como en la promenade des Barques, o tal vez alquilar un barquito.

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A la altura de la oficina de turismo, hay una pasarela peatonal, la passerelle entre deux villes, y al lado una esclusa del canal y una bonita cascada.

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Aquí también podemos ver la reproducción de un friso de época romana, proveniente de un recinto funerario, decorado con exuberantes guirnaldas y personajes alados.

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Puente de los Mercaderes

Este puente es uno de los que cruzan el canal de la Robine, y su origen se remonta a la época romana, pues estaba situado en el trazado de la Via Domitia. Antiguamente contaba con seis arcos, de los cuales solo queda visible uno. Actualmente es uno de los pocos puentes habitados de Francia y recuerda al Ponte Vecchio de Florencia, aunque de menores dimensiones.

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Basílica de San Pablo

La Basilique Saint-Paul-Serge data de finales del siglo XII, siendo la primera iglesia gótica de la ciudad, y fue construida sobre la tumba de San Pablo, el primer obispo de Narbona. En el exterior es muy bonito el ábside y en el interior hay que encontrar la pila de mármol con una rana dentro; según una leyenda, una ranita se coló en la iglesia y molestaba en las misas con su croar, así que San Pablo la petrificó.

Narbona en un día
Narbona en un día

Es sobrecogedora la necrópolis paleocristiana del siglo III que se encuentra en el subsuelo de la basílica. Se pueden ver restos de un pavimento de mosaicos y seis sarcófagos, uno de ellos de mármol y otro con un friso decorado; incluso se ven restos de esqueletos…

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Normalmente está cerrada, hay que pedir que se abra la puerta a la persona que esté en el templo. Las visitas de la basílica y de la necrópolis son gratuitas.

Vía Domitia

Este pequeño resto de calzada romana se encuentra en la plaza del Ayuntamiento y fue descubierto hace relativamente poco tiempo, en 1997, durante la reforma de la plaza. La Vía Domitia unía Italia y España en un camino paralelo a la costa mediterránea, que llevaba hasta Cádiz convertida en la Vía Augusta y hacia el océano Atlántico a través de la Vía Aquitania.

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Horreum romano

Se trata de un conjunto de galerías subterráneas, a 5 metros de profundidad, que datan del siglo I a.C. y sirvieron de almacén que formaba parte de un mercado. Se pueden visitar dos galerías principales, la norte y la oeste. La galería norte tiene salas laterales en las que se explican las técnicas de construcción, el transporte de mercancías, el almacenamiento de alimentos… Nos gustaron especialmente las ánforas encontradas en excavaciones subacuáticas.

En la planta que hay a nivel de suelo encontramos un pequeño museo con una exposición de pequeños objetos de la época romana.

Place du Forum

Ocupa parte del antiguo foro romano, que tenía en su lado norte un gran templo del que hoy quedan algunas columnas. Durante la Edad Media, en ella estuvieron la iglesia de San Sebastián y el mercado viejo. Llegando por la rue Droite, hay un arco con otra reproducción de la loba capitolina.

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Vestigios arqueológicos Clos de la Lombarde

Se trata de los restos de lo que fue un barrio residencial romano. Hay restos de dos grandes casas, termas, una basílica paleocristiana, tumbas… Se aprecian restos de un jardín, mosaicos y fragmentos de suelo con briquetas de terracota dispuestas en espiga.

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La entrada es gratuita, pero solo abre los miércoles y los sábados por la mañana. El yacimiento aún no está totalmente acondicionado para la visita, e incluso se siguen realizando excavaciones.

Mercado Les Halles

Pabellón de estructura metálica y grandes cristaleras que se inauguró en enero de 1901 y sustituyó al mercado que entonces se instalaba en la Place des Herbes (actual Plaza del Ayuntamiento).

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Tiene casi 80 tiendas de los mejores productos frescos, sobre todo quesos, y vinos de la zona y abre los 365 días del año de 7:00 a 14:00. También hay varios puestos para comer, con productos tanto de la tierra como del mar; nosotros tuvimos la oportunidad de conocer uno de estos locales, ¡muy curioso!.

Quartier de l’Europe

El barrio de Europa está al norte de la catedral, entre las calles Droite (antiguo Cardo romano), Capitole y Lieutenant-Colonel Deymes. En ellas encontramos varios rincones con encanto, como por ejemplo:

  • Un mural en la confluencia de las calles Capitole y Lieutenant-Colonel Deymes.
  • El Hôtel de l’Archidiacre, con una torre de escalera renacentista en la calle Rouget-de-Lisle
  • Viviendas pintorescas en los números 63, 67, 73 y 75 de la calle Droite: maison de la Mothe, maison de l’Aumône, torreta angular y casa románica.

Otros sitios a visitar en Narbona en un día

Hay algún otro lugar para visitar en la ciudad, como la Capilla de los Penitentes Azules y el Polvorín, que son salas de exposiciones. También están el claustro de la iglesia de San Sebastián, la casa natal de Charles Trenet (famoso cantante) o tal vez guste más alguna visita a algún viñedo…

Hasta hace unos meses, en la iglesia de Notre-Dame-de-la-Mourguié estaba el Museo Lapidario, pero su colección está siendo trasladada, junto con la del Palacio Viejo, a un nuevo museo que abrirá sus puertas en 2020 en las afueras de la ciudad.

En cuanto a lugares para dejar el coche, el centro de la ciudad es zona de pago. Existen algunos aparcamientos cubiertos, también de pago, y un área gratuita en Quai Victor Hugo; también alguno gratuito en las afueras: cerca del teatro y cerca de las piscinas.

Tarjeta Pass Narbona Monumental

Existe una tarjeta que permite entrar a todos los monumentos de la ciudad por un coste tan asequible como 10 euros, es ideal si visita Narbona en un día. ¡Merece la pena totalmente!

Dónde comer en Narbona

En nuestro viaje a esta ciudad estuvimos en dos lugares muy diferentes entre sí pero que tienen gran éxito. Cenamos en Les Grands Buffets uno de esos restaurante que debes visitar una vez en la vida.

dónde comer en Narbona

Otro restaurante curioso que visitamos fue el bar parrilla Chez Bebelle, situado dentro del mercado Les Halles, en el centro de Narbona. Se trata de un negocio familiar, pero cuando decimos familiar es que toda la familia está involucrada: unos tomando el pedido, otros en la parrilla, otros de carniceros… pero lo mejor es el espectáculo que se puede ver.

Chez bebelle

Explicamos un poco el concepto de este restaurante: alrededor de Chez Bebelle hay una carnicería, una charcutería y una rosticería, que también pertenecen a la familia que lleva el restaurante; todo lo que lo que se prepara en la cocina está recién cortado.

Pero el show empieza cuando te sientas en la barra (también hay un apartado con mesas, pero todo se ve mejor desde la barra) y pides tu plato. Detrás de la barra, Bebelle, megáfono en mano, vocea tu ración de carne a la carnicería o charcutería dependiendo de lo que pidas y, cuando la carne está preparada, el carnicero se la tira desde la carnicería envuelta en papel. Es todo un espectáculo ver volar la carne por encima de las personas de la barra y los que esperan para sentarse. En nuestro Instagram, en stories destacado, puedes ver todo el show.

Este restaurante goza de mucha fama ya que encontramos muchas personas esperando por mesa, lo mejor es hacer una reserva como hicimos nosotros. Creemos que comer aquí es una experiencia diferente que deberías hacer si visitas Narbona, además que el mercado tiene un gran ambiente.

Como ya hemos mencionado, se puede tomar ternera y caballo, en entrecôte, filete, hamburguesa o brocheta. Además, pollo y maigret de pato. Todo acompañado de una pequeña ensalada y unas patatas fritas con sabor a las de casa. Al ser un grill, aquí lo que se prepara son carnes a la parrilla y también steak tartar de ternera o de caballo, ya que en Francia es muy común consumir la carne de caballo. Nosotros probamos el entrecot de ternera y nos atrevimos con el tartar de caballo con huevo crudo y encurtidos (se revuelve todo para comerlo). ¡Delicioso!

Chez Bebelle

Para terminar, también hay algunos postres. Todos tenían un aspecto excelente, aunque nosotros solo llegamos a la tarta de manzana. Casi mejor, porque estaba realmente exquisita.

¿Dónde dormir en Narbona en un día?

Al no ser una ciudad muy grande, no son demasiadas las opciones hoteleras céntricas. Nosotros escogimos un hotel cerca de la estación de tren. Si queréis reservar alojamiento, podéis hacerlo desde aquí:

 

¿Cómo llegar a Narbona?

La ciudad no tiene aeropuerto, así que hay que ir en autobús o en tren, o a algún aeropuerto cercano para después tomar autobús o tren. Desde Madrid, el mejor medio de transporte es el tren con Renfe-SNCF (AVE), ya que es directo y, además, cómodo y rápido, ¡en 5 horas se llega a Narbona! Y, por si fuera poco, emite escasa contaminación. ¡A nosotros nos encanta viajar en tren!

Alrededores de Narbona

Son varios los lugares que quedan cerca de la ciudad, al visitar Narbona en un día no nos quedo tiempo para visitar los siguientes lugares:

  • Las playas, a una media hora.
  • El Parque Natural Regional de la Narbonense en el Mediterráneo.
  • La Abadía de Fontfroide, a unos 15 kilómetros al suroeste.
  • Las ciudades de Béziers y Carcassonne a una media hora.
  • Y, por último, algo más lejos están Toulouse, Albi, Montpellier y Nîmes.

Nos gustó mucho conocer Narbona en un día, una pequeña ciudad con muchas agradables sorpresas. ¿Y a vosotros?

¡¡Hasta el próximo post!!

Rebeca Gavilán Yela
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