Trujillo es una preciosa localidad cacereña, muy famosa por ser cuna de conquistadores debido al gran número de trujillanos que partieron hacia el nuevo mundo, como Francisco Pizarro, conquistador de Perú, o Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas, entre otros.

La situación de Trujillo sobre una colina granítica hizo que el lugar estuviera poblado desde la prehistoria. Posteriormente, hubo un asentamiento prerromano llamado Turaca o Turacia, en época romana fue Turgalium y, en época musulmana, Torgiela o Taryala. La reconquista tuvo lugar en el siglo XIII con el rey Fernando III El Santo, rey de Castilla, con la ayuda de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava y Templarios, dándole el nombre de Truxellum. Tras el descubrimiento de América, volvieron muchos emigrantes españoles, que construyeron  casas señoriales y palacios, alcanzando la ciudad gran esplendor en los siglos XV y XVI; Trujillo fue declarada Ciudad Monumental Histórico-Artística en 1962 por su centro urbano.

Hoy en día, el patrimonio histórico, el entorno natural y la gastronomía hacen de Trujillo una visita imprescindible estando en Extremadura, al igual que Guadalupe o Cáceres.

Qué ver en Trujillo

El centro histórico se puede recorrer por libre, pero nosotros preferimos contratar una visita guiada en la oficina de turismo, que además incluía la entrada a varios monumentos y centros de interpretación.

Plaza Mayor de Trujillo

Es el centro de la villa y su imagen más característica. La plaza está presidida por una gran estatua ecuestre de Francisco Pizarro, realizada por el norteamericano Carlos Rumsey y donada a Trujillo en 1927; la estatua es de bronce y pesa más de seis toneladas, y nos indica que el jinete murió asesinado al tener la pata delantera levantada. Existen otras dos estatuas de Pizarro en el mundo: una en Lima, donde murió, y otra en Búfalo, donde nació el escultor.

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La plaza es de planta irregular y está rodeada de soportales; en ella se celebraba el mercado y en estos soportales se pueden ver placas con azulejos según el negocio: portal del pan, portal del paño, portal del lienzo, portal de la verdura…

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Hay varios edificios solemnes que llaman la atención en la plaza. Uno es la Iglesia de San Martín, que fue construida en el siglo XVI aprovechando un edificio anterior del siglo XIV. Destaca la llamada puerta de las Limas, que en realidad son granadas, ya que la población confundió las frutas;  es de estilo gótico con arcos trilobulados, y el Concejo acostumbraba a reunirse en ella para tomar decisiones.

Otra de los edificios importantes de la plaza es el Palacio del Marqués de la Conquista. Data del siglo XVI y es de estilo renacentista. La fachada tiene seis arcos de medio punto y, en la parte superior, doce estatuillas con instrumentos musicales; las ventanas van siendo más pequeñas según se sube, para dar más sensación de altura al edificio. Pero lo más sorprendente es el gran escudo esquinado con exuberante decoración: figuras alegóricas de vicios y virtudes de la vida, cabezas de Francisco Pizarro con su esposa (hermana del emperador inca Atahualpa) y su hermano Hernando con su esposa (hija de los anteriores, es decir, su sobrina).

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También están el Palacio de los Orellana Toledo, del siglo XVI, el palacio de Chaves-Sotomayor, también del siglo XVI, el Ayuntamiento Viejo, de finales del siglo XVI con un bonito patio interior, la Casa del Peso Real o de los Chaves Cárdenas, del siglo XVI y con dos características columnas salomónicas, o la Casa de la Cadena, del siglo XVI, en la que se alojó Felipe II y le otorgó privilegio de asilo.

Cerca de la Iglesia de San Martín está el Palacio de los Carvajal Vargas o de los duques de San Carlos, del siglo XVI y estilo renacentista. Destacan la puerta principal, flanqueada por columnas jónicas, un balcón esquinado y siete chimeneas.

Iglesia de Santa María la Mayor

Esta iglesia, que es la más importante de Trujillo, fue construida entre los siglos XIII y XVIII sobre los restos de un antiguo templo románico que, a su vez, debió de ser levantado sobre una de las mezquitas árabes que existieron. En el exterior se alzan dos torres, la más oriental proveniente del templo románico, llamada Torre Julia por la creencia de que en el lugar hubo un monumento dedicado a Julio César. Como curiosidad, en la parte superior de la torre hay tallado un escudo del Athletic de Bilbao, ya que era el equipo de uno de los canteros que intervino en una de las restauraciones de la torre, en 1972.

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En su interior destaca el retablo mayor gótico del siglo XV, con 25 pinturas, que apareció en un décimo de lotería del Niño y por el que la iglesia fue declarada Monumento Nacional en 1943; también el coro plateresco y las capillas funerarias de nobles trujillanos, como el militar Diego García de Paredes, apodado el Sansón extremeño por su fuerza y su valor.

Palacios y Casa Señoriales

Fueron residencia de las familias nobles ligadas a la reconquista, como los Bejarano, los Altamirano y los Añascos, y también de las familias ligadas al descubrimiento de América, como los Pizarro, los Orellana, los García de Paredes…

Además de los edificios ya mencionados de la Plaza Mayor, hay varios más:  Palacio de las Casas Bejarano o de los marqueses de Santa Marta, del siglo XVI y actualmente convertido en hotel, Palacio Juan Pizarro de Orellana del siglo XVI, Casa-Fuerte de los Escobar, de los siglos XV-XVI, Alcázar de los Bejarano, de los siglos XIII-XV…

Alcazaba

Levantada sobre un cerro llamado Cabeza de Zorro, la alcazaba fue construida por los árabes en la segunda mitad del siglo IX utilizando sillares romanos procedentes de distintos lugares próximos. Nos pareció espectacular con todos sus torreones.

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Consta de dos partes: el patio de armas, de planta cuadrada, y la albacara, con planta hexagonal irregular; al primero se accede por una puerta con arco de herradura, defendida por dos torres albarranas.

En el patio de armas hay un aljibe y una exposición de estelas, así como una capilla con la Virgen de la Victoria, patrona de Trujillo, justo entre las dos torres de la entrada. Una escalera de piedra lleva a recorrer el adarve del perímetro amurallado, teniendo fantásticas vistas de la ciudad. El recinto de la albacara estaba destinado a las tropas y las caballerías.

Muralla y puertas de acceso

La muralla fue construida por los árabes y tenía unos 2 kilómetros de perímetro, actualmente hay edificios adosados que la ocultan. Estaba defendida por casas-fuerte y contaba con 7 puertas de acceso, de las que se conservan 4:

  • Puerta  de Santiago: es un arco de medio punto con almenas y una hornacina. También fue conocida como la Puerta del Sol, desde donde partían los caminos de Toledo, Calatrava y Córdoba. Fue uno de los puntos defensivos clave situada entre la torre de los enamorados, la torre de la iglesia de Santiago y la de la casa-fuerte de Luis Chaves; desde la torre sonaban 120 campanadas para avisar del cierre, y quien se quedaba fuera tenía que decir santo y seña santo del día con alguna palabra relacionada.
  • Puerta de San Andrés: defendida por iglesia san Andrés y las casas-fuerte de los Escobar, Chaves Mendoza y Altamirano. También fue conocida como de los Descalzos por los frailes que habitaron el palacio de Chaves Mendoza tras la guerra de la Independencia. Desde esta puerta parte la preciosa Ronda de las Almenas hacia la Plaza Mayor, con un mirador a mitad de camino.
  • La Puerta del Triunfo o de la Victoria, llamada así porque por ella entraron las tropas cristianas en la Reconquista; según la leyenda, la Virgen se apareció a las tropas cristianas, cegando con su resplandor a las musulmanas. Se trata de un arco apuntado flanqueado por una torre defensiva. Las puertas de madera son modernas, hechas en 2017 para la serie americana de Romeo y Julieta. Al atravesar el arco, se tiene una magnífica vista de la muralla.
  • Puerta de la Coria: es un sencillo arco apuntado, habiendo desaparecido las torres defensivas. Debe su nombre a que era la salida de Trujillo hacia Coria y su comarca.

Aljibe hispanomusulmán

Bajo la Plaza de los Altamirano se encuentra esta obra hidráulica del siglo X, formada por tres naves sobre seis arcos y bóvedas de cañón que almacena el agua de la lluvia que cae por tres brocales que asoman en el pavimento de la calle. Está cerrado y solamente se puede acceder con visita guiada; merece la pena ver una construcción así.

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Alberca

Se trata de otra obra hidráulica, pero en esta su origen exacto se desconoce; su estructura es islámica aunque tiene sillares romanos. Lo que parece claro es su utilidad, como abrevadero para ganado y para regadío de huertas. Está excavada en la roca, lo que hace que sea uno de los atractivos más singulares de Trujillo.

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Convento de San Francisco el Real

Conocido como Convento de La Coria por su cercanía a la puerta del mismo nombre, se construyó entre finales del siglo XV y principios del XVI, siendo residencia de monjas franciscanas. Fue abandonado durante la Guerra de la Independencia, quedando en ruinas. Actualmente acoge a la Fundación Xavier de Salas, que alberga el Museo de la Coria, en el que hay paneles explicativos sobre el descubrimiento.

Ruta de museos

Trujillo tiene varios centros en los que aprender aspectos relacionados con su historia y así completar la visita a la ciudad. Todos tienen la entrada incluida en la visita guiada de la oficina de turismo, aunque solo el primero se visita durante la misma; los otros se visitan por libre.

Casa-Museo de Pizarro

En la casa solariega de Francisco Pizarro, del siglo XV, se expone una colección de muebles, objetos y documentos recopilados en la vida del conquistador. La planta baja es la recreación de la vivienda familiar y en la planta alta se exhiben documentos sobre la conquista de Perú y otros países americanos, así como sobre la vida colonial.

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Centro de Interpretación Torre del Alfiler

Fue una torre defensiva de la época musulmana que formaba parte de la muralla de la alcazaba. Debe su nombre a una varilla metálica que tiene en la cúpula, en la que también hay bonitos azulejos talaveranos que se añadieron cuando la torre perdió su función defensiva. En su interior hay un espacio por el que se hace un recorrido por las diferentes etapas de la historia de Trujillo. Allí aprendimos que fuera del centro histórico hay un rollo judicial del siglo XV o que se utilizaban restos romanos para construir edificios en siglos posteriores, como una estela funeraria romana utilizada en un muro detrás de la alberca, que nos llevó un rato identificar y encontrar. Se puede subir a la torre, desde la que se tienen unas bonitas vistas de la alcazaba.

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Centro de Recepción de Visitantes de los Descubridores

Este centro se encuentra en lo que fue la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo, templo de estilo barroco construido en el siglo XVII. Aquí se pone de manifiesto la importancia de Trujillo en el descubrimiento y evangelización del Nuevo Mundo, además de exponer curiosidades de los viajes y explicar los diferentes personajes relacionados con el descubrimiento.

Museo del Traje Enrique Elías

Situado en el Conventual de San Francisco, alberga una colección de trajes de los modistos más importantes del siglo XX, que han sido utilizados por personajes famosos.

Qué comer en Trujillo

No podíamos marcharnos de Trujillo sin hablar de su gastronomía. Como en toda Extremadura, los platos son exquisitos aunque contundentes: migas extremeñas, moraga trujillana (carne magra de cerdo a la brasa), prueba de cerdo (cerdo macerado con especias), revuelto de cardillos silvestres…

La mayoría de restaurantes se concentra en la Plaza Mayor, y ofrecen menús del día con recetas típicas. Para los que tengan mucha hambre, recomendamos el restaurante La Troya, que en todos sus menús tiene, aparte de primer y segundo plato, una gran tortilla de patatas con ensalada a modo de entrante.

Terminamos así nuestro recorrido por Trujillo, un lugar cargado de historia en cada uno de sus rincones, que nos encantó conocer.

¡¡Hasta el próximo post!!