Villajoyosa es una bonita localidad alicantina de la Costa Blanca, capital de la comarca de la Marina Baja. Su origen se remonta a un primitivo poblado íbero que alcanzó gran importancia en la época romana, convirtiéndose en la ciudad de Allon. Tras algunos siglos de abandono, en el año 1300 tuvo lugar su fundación como ciudad cristiana de la mano del almirante Bernardo de Sarriá, que estaba al servicio de Jaime II de Aragón, con el nombre de la Vila Joiosa, que significa Villa Alegre. Durante varios siglos, Villajoyosa tuvo gran importancia defendiendo la costa alicantina frente a los ataques de los piratas berberiscos, por lo cual se levantaron murallas y varias torres vigía por orden de Felipe II. El fin de estos ataques en el siglo XVIII permitió el desarrollo de la ciudad fuera del recinto amurallado.

En la actualidad, Villajoyosa es una localidad preferente de veraneo por sus excelentes playas, pero también tiene un gran patrimonio histórico y monumental digno de ser descubierto.

Qué ver en Villajoyosa

Casas de colores

Es la imagen más típica de la ciudad y lo primero que vimos al llegar, ya que dejamos el coche en un aparcamiento cerca de la playa y allí es donde se encuentran. El paisaje es encantador, con las palmeras y las casitas de vivos colores.

Villajoyosa

Se dice que el motivo de los diferentes colores era que cada pescador pudiese identificar su vivienda, extendiéndose esta costumbre hacia el interior de la población.

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Plaza de San Pedro

En el paseo de San Pedro encontramos esta pequeña plaza, en el lugar donde antiguamente hubo un puerto natural en el que fenicios, griegos y romanos comerciaban con los nativos íberos; bajo ella hay restos de almacenes de un puerto romano. Mucho después, en el siglo XIX, Villajoyosa se convirtió en el puerto de Alcoy, exportando mercancías en barco hacia las colonias españolas de ultramar; en las cercanías de la plaza se reunían marineros y comerciantes de estas colonias, principalmente de Cuba, por lo que el lugar era llamado El Rincón de La Habana.

En la plaza hay una fuente llamada Bací, que se construyó en el siglo XVIII con mármol Rojo Alicante; de aquí se cogía el agua en cántaros para llevarla a las casas y también servía como lavadero público. En las fiestas de San Pedro, antiguo patrón de los pescadores, se teñía el agua de rojo y se echaban monedas para que los niños las cogieran.

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Casco antiguo

El conjunto, declarado Bien de Interés Cultural en 2003, conserva el trazado urbano con calles perpendiculares en el interior de lo que fue un recinto fortificado con muralla y castillo; este último no se conserva, pero sí algunos tramos de muralla. Para descubrir el casco histórico hay que pasear por las calles y descubrir preciosos rincones con más casas de colores, como la calle de San Pedro y aledañas.

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También se puede ir a ver la muralla, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, las casas colgantes y la plaza del castillo.

Muralla renacentista

Declarada Bien de Interés Cultural en 1985, fue construida en 1550 porque la anterior fue destruida en los ataque de los piratas. Se puede observar que la base es inclinada para resistir mejor los impactos de las balas de cañón. Hay un gran tramo en la calle Costera de la Mar, en el que se conserva un torreón circular.

Otro tramo lo encontramos en la calle del Pal, en la que antiguamente se hacían y reparaban cabos y redes, que corresponde a la fachada marítima; cuando la muralla perdió su función defensiva en el siglo XVIII al cesar los ataques de piratas, se empezaron a construir viviendas sobre ella.

Un tercer tramo se encuentra paralelo al río Amadorio, sobre el que también se construyeron viviendas. Estas son las famosas casas colgantes de Villajoyosa.

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Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción

Este templo de estilo gótico levantino se construyó como parte de la estructura defensiva de la ciudad, sirviendo su campanario como torre de vigilancia. Es una de las tres iglesias-fortaleza de la Comunidad Valenciana (Castielfabib y Murla son las otras dos). En su interior está la imagen de la patrona, Santa Marta. En el exterior se pueden encontrar elementos reaprovechados, procedentes de la ciudad romana.

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La iglesia también Bien de Interés Cultural desde 1985.

Plaza del Castillo

En el lugar donde estuvo el castillo hay ahora un parque cultural con varios paneles explicativos sobre cómo fue el castillo, que tuvo planta rectangular con torres en sus esquinas y estuvo rodeado por un foso; quedó destruido en 1708 por los ataques de las tropas francesas durante la Guerra de Sucesión. También se explica la defensa anticorsaria de la Marina Baja y las fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran para conmemorar la ayuda de Santa Marta para evitar un ataque de piratas en 1538.

En la plaza hay una maqueta que muestra el aspecto de la ciudad medieval.

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Chalet de Centella

Se construyó entre 1927 y 1930, en la calle de Colón, que se había convertido en lugar de los habitantes de la ciudad. El chalet perteneció a una familia acomodada que comerciaba con pescado y tiene un jardín con especies exóticas traídas de Canarias, a imitación de los de Córdoba o Sevilla. Actualmente es propiedad del Ayuntamiento y alberga la oficina de turismo.

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Termas romanas

En la calle Canalejas encontramos estas termas públicas, que se construyeron entre los años 85 y 110 d. C. junto al foro de la ciudad romana de Allon, actual plaza de la Generalitat. No se pueden visitar porque, por desgracia, están en estado de abandono.

Desembocadura del río Amadorio

El río Amadorio, que nace en la Sierra de Aitana, desemboca en el Mediterráneo después de cruzar el casco antiguo. Se puede dar un agradable paseo por la ribera, desde la que se ven las casas colgantes. Es aquí donde se encuentra el Molino de la LLobeta, uno de los tres molinos que tenía Villajoyosa. Este es un antiguo molino harinero construido entre los siglos XVI y XVII, que estuvo en funcionamiento hasta principios del siglo XX.

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Qué hacer en Villajoyosa

Además de ir a la playa y ver todo lo que ya hemos contado, hay más cosas que se pueden hacer en Villajoyosa, como visitar museos:

  • Vilamuseu: es el principal museo de la ciudad, con colecciones de etnografía, arqueología, historia, geología, paleontología, artes decorativas y arte contemporáneo. El edificio tiene una fachada historicista que imita estilos antiguos, con ventanas geminadas o dobles.
  • Casa-Museo La Barbera dels Aragonés: es una casa de campo de finales del siglo XVI que perteneció a la familia Aragonés, con importantes políticos, militares y religiosos. La planta baja se destinaba a la administración de la finca, y la primera planta a vivienda; la arcada se utilizaba para el secado de la pasa. Actualmente, en ella se expone mobiliario y objetos domésticos de los siglos XVII a XX.
  • Museos del chocolate: en el siglo XVIII el cacao llegaba desde Guinea Ecuatorial, colonia española en aquella época, y el chocolate se hacía por encargo en casa del cliente. Desde entonces se ha mantenido la tradición chocolatera, existiendo 4 fábricas hoy en día: Chocolates Marcos Tonda, Chocolates Clavileño, Chocolates Pérez y Chocolates Valor, y algunas de ellas ofrecen visitas guiadas. Nosotros fuimos a Valor, por ser la que más cerca está del casco antiguo; se puede consultar toda la información sobre estas visitas en su página web.
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También se puede visitar el Mercado municipal, la lonja de pescado y el puerto.

Para los que prefieren disfrutar del ejercicio y el aire libre, se puede caminar por el Sendero de la costa, que es un recorrido lineal que va desde la Playa El Torres, a unos 3 kilómetros al noreste de Villajoyosa, hasta la Cala Finestrat.

Gastronomía

La gastronomía de Villajoyosa se caracteriza por utilizar pescado y marisco fresco, así como el arroz del litoral mediterráneo y productos de la huerta. Platos como paellas, arroces caldosos o calderos de pescado harán las delicias de los amantes de la cocina marinera, en cualquiera de los numerosos restaurantes de la localidad. Nosotros elegimos al azar uno situado en el paseo de San Pedro, frente a la playa: tomamos mejillones al vapor, sardinas a la plancha, solomillo de cerdo con salsa de pimienta y lubina a la plancha con verduras; de postre, unos refrescantes helados de fresa y limón.

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En cuanto a los dulces, hay sequillos, pasteles de boniato, pasteles de almendra, chocolate, turrones… que se pueden acompañar de la bebida más popular de Villajoyosa: el nardo vilero, creado en los años 30 del pasado siglo XX y hecho con café granizado y absenta.

Alrededores de Villajoyosa

Cerca del núcleo urbano de Villajoyosa podemos encontrar diversos atractivos:

  • Torre de Hércules o Torre de San José: se trata de una torre funeraria romana situada a 3 kilómetros al noreste de Villajoyosa, que pertenecía a la antigua ciudad romana de Allon y es el mayor de los monumentos de este tipo de toda la Península Ibérica. Está declarada Bien de Interés Cultural desde 1990.​
  • Santuario íbero y romano de la Malladeta, que data del siglo IV a. C.
  • Torres vigía: Torre de Dalt, Torre de la Cruz, Torre del Aguiló, Torre del Baix, Torre del Charco, Torre la Torreta, Torre Simeón, todas ellas declaradas Bien de Interés Cultural desde 1996.
  • Sierra de Aitana.
  • Parque Natural de la Serra Gelada .
  • La bonita localidad de Altea y la ciudad de Alicante.

¡¡Hasta el próximo post!!