Para disfrutar de lugares con encanto no hay que tomar un avión o pasar varias horas en la carretera; muy cerca de Madrid hay sitios encantadores. Aprovechando uno de esos festivos que caen a media semana y, sin tener la oportunidad de hacer puente por falta de días libres, nos escapamos a conocer el Bosque Finlandés en Rascafría.

A tan solo una hora desde Madrid, se encuentra el pueblo de Rascafría en la Sierra de Norte, enclavado en el Valle alto del Lozoya, y muy cerca del pico de Peñalara. En este pueblo encontramos el Bosque Finlandés y te preguntarás por qué se llama así… Pues muy sencillo, la zona tiene un gran parecido a los paisajes nórdicos que se pueden encontrar en Finlandia y por otra peculiaridad que contaremos más adelante.

¿Cómo llegar al Bosque Finlandés en Rascafría?

Este bosque no es un monumento que esté señalizado, por lo que te vamos a indicar la mejor forma de encontrarlo. Al llegar a Rascafría, debes pasarlo y llegar hasta el Monasterio del Paular, donde hay un gran estacionamiento en el que podemos dejar el coche gratis. Te recomendamos que vayas muy temprano para que puedas encontrar sitio para aparcar ya que, aunque el estacionamiento es grande, esta zona es muy visitada y más si es festivo.

Desde el aparcamiento solo hay que caminar unos 100 metros y veremos una entrada que lleva hasta el puente del Perdón, un precioso puente barroco del siglo XVI sobre el río Lozoya. Justo antes del puente, a la izquierda, está el arboreto Giner de los Ríos y también se puede ver un pequeño corral donde pastaban unas ovejas negras que, con el monasterio del Paular y las montañas de fondo, nos regalaron una verdadera postal.

Monasterio del Paular

A la derecha está el Centro de Visitantes Valle de El Paular, en el que obtener información sobre la zona, como por ejemplo actividades en los municipios cercanos o rutas de senderismo.

Cruzando el puente del Perdón, vemos inmediatamente a mano izquierda una entrada a una finca y, aunque es una finca privada (finca Los Batanes), no hay problema en entrar si no se deja la puerta abierta. Este camino es conocido como el Camino del Papel, debido que al final del mismo se encuentra un antiguo molino, ahora en ruinas, que los monjes utilizaban para fabricar papel.

Desde allí hay que caminar por un sendero un poco más de un kilómetro y, a mano izquierda, veremos un pequeño camino de piedra que entra en el bosque; aquí recomendamos ir muy atentos ya que no está muy visible. Otro punto de referencia es que en ese camino hay un pequeño puente de piedra que salva un riachuelo que cruza el bosque; desde este punto inicia el Bosque Finlandés. Nosotros lo visitamos ya al final del otoño y estaban casi todos los árboles sin hojas pero, si lo visitas en otra época, se puede apreciar que el tipo de árbol es diferente y que da la apariencia de estar en paisajes nórdicos.

Al pasar este pequeño puente, encontramos la joya del bosque, una cabaña negra con las ventanas pintadas de rojo. Se trata de una antigua sauna finlandesa que se instaló aquí, otra de las razones por las que este bosque se le llama Finlandés.

Bosque Finlandés en Rascafría

Junto a la sauna hay un pequeño embarcadero que servía para que los que salían de la sauna entraran al pequeño lago, que está rodeado de árboles. Realmente es un paisaje bucólico que atrae a muchas personas a posar para una foto y disfrutar de la tranquilidad del lugar.

Bosque Finlandés en Rascafría

Volviendo al camino principal, el Camino del Papel y, caminando hasta el final, llegaremos hasta las ruinas del molino que comentamos antes; llamado molino de los Batanes, también fue serrería y fábrica de papel hasta que se cerró por contaminar mucho el río. Como curiosidad, de él salió el papel para la primera edición del Quijote.

Aprovechando que pasamos el día allí, también nos acercamos hasta las presillas de Rascafría, un conjunto de 3 piscinas naturales formadas por el cauce del río Lozoya.

Las piscinas cuentan con unas vistas impresionantes del pico de Peñalara. Si visitas esta zona en otoño o invierno, se puede encontrar nieve, regalándonos una imagen preciosa.

Como el agua no estaba para bañarse, nos dimos una caminata alrededor de las piscinas donde encontramos unas mesas para merendar y mucho espacio verde que, en verano, seguro está lleno de los que vienen a disfrutar del agua. En otoño no encuentras mucha gente pero sí paisajes bucólicos como este puente con los árboles secos.

Si tienes mucho tiempo, también puedes hacer una caminata hasta la Cascada del Purgatorio, que está a unas 2 horas desde las piscinas.  No lo hicimos porque ya teníamos que volver a Madrid, así que lo dejamos pendiente para hacerlo en otra escapada a Rascafría.

Y así terminó nuestra visita al Bosque Finlandés en Rascafría, un lugar encantador muy cerca de Madrid. ¿Conocías el Bosque Finlandés?

¡¡Hasta el próximo post!!

Iradier Rovira Peña